El Movimiento Concepcionista Misionero ha celebrado
su Asamblea de Mayores, que ha tenido lugar en Marcilla (Navarra) con otros
grupos concepcionistas: Pozoblanco, Burgos, Barcelona y Arenys de Mar.
El viernes después de las clases, los participantes
de Hortaleza partimos hacia Marcilla, acompañados por las alumnas que venían
desde Pozoblanco, con M. Andrea. De camino paramos en un pequeño pueblo,
Medinaceli.
Una vez en Marcilla, nos juntamos todos en un
primer encuentro y celebramos una vigilia de la Luz. Fue muy bonita. cinco velas
de colores distintos, representando a las personas de los cincos continentes,
la Palabra de Dios y un Pan partido presidian nuestra celebración. Fue una
motivación importante que nos ayudó a vivir el día siguiente.
El sábado por la mañana, nos volvimos a juntar
todos y estuvimos viendo un video sobre la vida de San Francisco Javier, y más
tarde tuvimos reunión de grupos donde hablamos sobre la vida de este santo y
sobre las javieradas. Por la tarde, llegó el gran momento, fuimos hasta
Sangüesa, donde se inició la peregrinación de ocho kilómetros hasta el Castillo
de Javier. Allí tuvimos una eucaristía, y después visitamos el castillo por
dentro. En el Castillo pudimos contemplar y rezar ante el Cristo sonriente, una
talla preciosa que perteneció a la familia del santo. Por la noche, nos unimos
y disfrutamos con los juegos y canciones que habíamos preparado entre todos los
colegio, fue una velada estupenda que ayudó a crear lazos de amistad entre
todos los coles, aunque ya durante el día nos habíamos ido conociendo y
compartiendo experiencias.
El domingo, nos fuimos a Pamplona, junto a los
alumnos de Burgos. Allí visitamos la Plaza Mayor, el Ayuntamiento y la
Catedral, además de pasear por sus calles más céntricas y hacer el recorrido de
los mozos y toros de San Fermín. A
mediodía iniciamos el viaje de regreso a Madrid, felices por todo lo vivido y
algo tristes por la despedida a los compañeros de los otros colegios.
Aunque todos acabamos muy cansados, fue un fin de
semana estupendo, en el que no faltaron risas, alegría, y también oración y
momentos de reflexión.
Adrián García, 4º ESO
Colegio LA
INMACULADA-HORTALEZA