El día 2 de febrero, fiesta de la Presentación del Señor, la Iglesia celebra el Dia de la Vida Consagrada. Un día que es acción de gracias por la presencia de los consagrados en el mundo y una invitación a aquellos jóvenes que creen haber sentido la llamada de Jesús a seguirle en esta opción de vida, para que el Espíritu les ayude a dar una respuesta generosa.
La Vida Religiosa está presente en el mundo a través de los diferentes Carismas existentes, atendiendo obras dedicadas a la educación, sanidad, obras sociales...
En España hay 49.709 religiosos y religiosas. A este número hay que sumarle los 15.500 religiosos/as que están fuera de España, desempeñando su labor misionera en otros países.
Los números no son más que cifras, no tienen rostro, ni nos transmiten experiencias... Hoy comparto con vosotros estos números, que son significativos, ya que detrás de cada uno de ellos hay una vida entregada al servicio a los demás y un corazón que desea unirse cada día más al de Dios.
Los números no son más que cifras, no tienen rostro, ni nos transmiten experiencias... Hoy comparto con vosotros estos números, que son significativos, ya que detrás de cada uno de ellos hay una vida entregada al servicio a los demás y un corazón que desea unirse cada día más al de Dios.
La vida religiosa es muy antigua... y muy actual, como el mensaje de Jesús, que nos sigue sirviendo después de 2010 años.
La Vida Religiosa son las manos de Cristo en el mundo: manos para servir, para trabajar por un mundo más justo... La Vida Religiosa es el corazón de Cristo en el mundo: un corazón que ama de forma universal, a todos, sin distinciones... La Vida Religiosa son los ojos de Cristo en el mundo: unos ojos que miran con misericordia, unos ojos que ven la necesidad allí donde otros pasan desapercibidos. La Vida Religiosa son los pies de Cristo en el mundo: unos pies manchados del camino, disponibles a ir a cualquier lugar donde se necesite...
La Vida Religiosa quiere ser, desde la pequeñez y limitación de lo que somos las personas, una prolongación de lo que fue Cristo en el mundo. Ayúdanos con tu oración a conseguirlo.
Termino con las palabras del Papa Juan Pablo II, el anciano más joven que he conocido y que un día nos dijo a los jóvenes: "No tengáis miedo, abrid las puertas a Cristo".