Vera León, exalumna del colegio de San Lorenzo de El Escorial y concepcionista incondicional, es la primera en hacernos llegar al blog su testimonio y experiencia de estos días.
¡GRACIAS VERA! Ya sabes que como dice la canción TE QUEREMOS Y ERES PARTE DE NUESTRA FAMILIA.
La Semana Santa para mí nunca había tenido el significado real que se
merece, hasta el año pasado, en el que viví la primera experiencia de la Pascua
rodeada de mi ‘segunda familia’ como yo les llamo, gracias a la invitación de
M. Nieves Galey.
Este año quise vivirlo nuevamente con ellos, y me preparé a vivir otros cuatro intensos días en su compañía, como una familia, todos juntos viajando a Toledo.
Aunque iba con una predisposición distinta, ya que era algo que llevaba esperando semanas, pensé que la experiencia sería la misma, ya que al ir por segunda vez, sabía lo que me esperaba; pero como siempre M.Nieves, M.María, M.Rebeca, Concha, y todos los padres y jóvenes que viajaban conmigo, supieron sorprenderme en cada momento vivido.
¿Qué me llevo de estos días? Es muy fácil, me llevo una familia, me llevo amigos nuevos, y me llevo mil emociones. He vivido la Pasión, la Muerte y la Resurrección de Cristo de la forma más grande. Estoy convencida de que ha sido Él quien ha querido que lo viviese así, para que me diese cuenta de que no estaba sola en este camino, que no soy yo la única que vive intensamente esta Fiesta de Resurrección.
Me encantaría poder describir mis sentimientos en cada momento de oración, en cada momento de reflexión en los que se me escapaban las lágrimas porque las palabras de ellos me tocaban el corazón, pero me es imposible. Lo único que consigo expresar es un GRACIAS infinito por todo lo vivido, por la oportunidad de crecer en la fe con ellos, a su lado, y por la oportunidad de sentir que formo parte de algo más grande, del amor de Cristo que se encarna en esta familia tan grande que Él me ha dado.
¿Recomendar esta experiencia, esta vivencia? Por supuesto, vivirlo así, por
lo menos una vez en la vida, es algo que todo Joven cristiano debería poder
vivir, al menos todo joven concepcionista, porque es una experiencia que llega
a lo más profundo del corazón, y te acompaña en cada momento, decisión, acción
futura, porque no sólo te llevas amigos, te llevas enseñanzas de los padres y
religiosas que nos acompañan, y te llevas algo más grande, la percepción de
Cristo desde el amor y el cariño que te demuestran las otras 40-50 personas que
lo viven contigo.
GRACIAS otra vez, a todos los que habéis hecho posible esta Pascua 2014, empezando por nuestro párroco, Jose Antonio Jiménez, (Quillo para nosotros), y siguiendo por cada persona implicada en la organización.
Y como no, GRACIAS a todos mis amigos/hermanos, mi segunda familia, sin vosotros esto no sería lo mismo.
Vera, de rojo, en un momento significativo de la Pascua