viernes, 3 de julio de 2015

ECOS DEL PENSAMIENTO DE STA. CARMEN Nº 10

Comienza el periodo estival, algunos de vosotros a lo mejor estáis ya en vuestro lugar de vacaciones, disfrutando con la familia y los amigos. Nuestro blog también se da ese espacio de descanso veraniego y queremos despedirnos con un último pensamiento de Santa Carmen acompañado de la reflexión que nos ofrece M. Nieves Galey, religiosa concepcionista del colegio de San Lorenzo de El Escorial, tutora de 2º de Secundaria, coordinadora del Movimiento Concepcionista Misionero y una gran apasionada de los jóvenes, a quienes dedica su tiempo y parte de su vida, experimentando, como nos dice en su reflexión, que su mejor compañero es Jesús, su Dios, su TODO... 
Gracias, M. Nieves por hacerte presente en nuestro blog y enriquecernos con lo que llevas en tu corazón.
FELIZ VERANO A TODOS y buen descanso. Que Dios os bendiga y nuestra Madre Inmaculada os acompañe.

ECO Nº 10 DEL PENSAMIENTO DE CARMEN SALLÉS
“El recuerdo del amor de Jesús nos hará exclamar: ¡Dios mío y todas las cosas!” 

REFLEXIÓN de M. Nieves Galey, rcm 
Qué incalculable es el valor del esfuerzo cuando llegan exámenes, al madrugar por la mañana, viajar lejos por trabajo, sacar horas para cuidar de familiares, abuelos, enfermos, superar retos, afrontar dificultades… y al hacerlo sentimos la satisfacción del deber cumplido, la felicidad de estar viviendo la intensidad de la vida.
Cuánto valor tienen esas personas que acuden a ayudar al amigo, en el momento, que lo necesita. Es capaz de dejarlo todo y hacer cuanto esté en su mano por ayudar, escuchar, acoger, aliviar, sostener… 
¿Imaginas ser tú quien viva con este valor, de forma inagotable, cada escena de tu vida? Carmen Sallés lo tenía claro. Cada escena de su vida la confrontaba con Jesús, buscaba en su latido la mejor manera de amar en la situación que tenía delante. El recuerdo de sentirse muy amada por Jesús era el motor que la animaba, la impulsaba a sacar lo mejor de ella, a ser instrumento de Dios para hacer feliz a esas personas que formaba parte de su vida. ¡Qué insuperable es el valor de quienes eligen por compañero de camino a Jesús compartiendo alegrías, retos, dificultades, intuiciones… saborearán una y otra vez el regalo de sentirse super queridos por Jesús y del fondo del corazón les brota como agradecimiento reconocerlo ¡Dios mío y todas las cosas! Gracias por forma parte de toda mi vida.