Comienza el periodo estival, algunos de vosotros a lo mejor estáis ya en vuestro lugar de vacaciones, disfrutando con la familia y los amigos. Nuestro blog también se da ese espacio de descanso veraniego y queremos despedirnos con un último pensamiento de Santa Carmen acompañado de la reflexión que nos ofrece M. Nieves Galey, religiosa concepcionista del colegio de San Lorenzo de El Escorial, tutora de 2º de Secundaria, coordinadora del Movimiento Concepcionista Misionero y una gran apasionada de los jóvenes, a quienes dedica su tiempo y parte de su vida, experimentando, como nos dice en su reflexión, que su mejor compañero es Jesús, su Dios, su TODO...
Gracias, M. Nieves por hacerte presente en nuestro blog y enriquecernos con lo que llevas en tu corazón.
FELIZ VERANO A TODOS y buen descanso. Que Dios os bendiga y nuestra Madre Inmaculada os acompañe.
ECO
Nº 10 DEL PENSAMIENTO DE CARMEN SALLÉS
“El recuerdo del amor de
Jesús nos hará exclamar: ¡Dios mío y todas las cosas!”
REFLEXIÓN
de M. Nieves Galey, rcm
Qué incalculable es el valor del esfuerzo cuando
llegan exámenes, al madrugar por la mañana, viajar lejos por trabajo, sacar
horas para cuidar de familiares, abuelos, enfermos, superar retos, afrontar
dificultades… y al hacerlo sentimos la satisfacción del deber cumplido, la
felicidad de estar viviendo la intensidad de la vida.
Cuánto valor tienen esas personas que acuden a
ayudar al amigo, en el momento, que lo necesita. Es capaz de dejarlo todo y
hacer cuanto esté en su mano por ayudar, escuchar, acoger, aliviar, sostener…
¿Imaginas ser tú quien viva con este valor, de forma inagotable, cada escena de tu
vida? Carmen Sallés lo tenía claro. Cada escena de su vida la confrontaba con
Jesús, buscaba en su latido la mejor manera de amar en la situación que tenía
delante. El recuerdo de sentirse muy amada por Jesús era el motor que la
animaba, la impulsaba a sacar lo mejor de ella, a ser instrumento de Dios para
hacer feliz a esas personas que formaba parte de su vida. ¡Qué insuperable es
el valor de quienes eligen por compañero de camino a Jesús compartiendo
alegrías, retos, dificultades, intuiciones… saborearán una y otra vez el regalo
de sentirse super queridos por Jesús y del fondo del corazón les brota como
agradecimiento reconocerlo ¡Dios mío y todas las cosas! Gracias por forma parte
de toda mi vida.