domingo, 9 de diciembre de 2007

UNA LLAMADA... UNA RESPUESTA.... en Adviento


Sofía es exalumna concepcionista del colegio de Manzanares, actualmente estudia medicina en Madrid. En estas líneas ha querido compartir con nosotros cómo vive este tiempo de Adviento. Gracias, Sofía, por repartir generosamente los dones que Dios te ha dado y manifestar tu fe en medio de tus quehaceres cotidianos como estudiante, catequista, amiga...

ADVIENTO

Espera transformada en encuentro; esperanza que nos sitúa en la certeza plena del cumplimiento de todas Sus promesas.


Para mí el tiempo de Adviento es esto mismo, un tiempo de espera. Una espera donde se nos llama a:
- estar en vela, a derribar esos obstáculos que nos impiden reconocer al Señor.

- convertirnos hacia el cumplimiento de la voluntad de Dios.

- ser testigo de Aquél que es Amor.

- llenar nuestras manos con oración; oración que transforme nuestra vida; vida que podamos poner a los pies de Jesús cuando Él venga a nosotros.

Sólo así esa esperanza podrá transformarse en encuentro. Y es verdadero encuentro la venida del Hijo de Dios hecho Hombre porque es algo sorprendente y en segundo lugar, real, porque afecta a nuestra vida, porque “nos toca”. Y sólo así cada uno de nosotros podremos convertirnos en encuentro para otros; reconociéndole a Él en nuestra vida podremos irradiarle…
Acoger este gran encuentro con sencillez es una gran ocasión que ofrece el misterio de Dios a nuestra libertad. Abriendo nuestro corazón a Cristo podremos saciarnos del cumplimiento de todas Sus promesas porque sólo Él tiene palabras de Vida eterna.
Para mí Adviento es esto. Es ser fiel, no a lo que ocurrió y quedó en el pasado, sino ser fiel a lo que está ocurriendo: Cristo.

Sofía Sánchez López de Pablo

sábado, 1 de diciembre de 2007

HIMNO BEATIFICACIÓN MÁRTIRES ESPAÑOLES

Hace unos días, toda la Iglesia daba gracias a Dios por el testimonio de fe de muchos mártires españoles. Siguieron a Jesucristo hasta el final, seguramente con momentos de tensión y turbación, con miedo... Pero la FE y la CONFIANZA PLENA en Dios hizo posible que se mantuviesen fieles, sin renegar de su fe, porque EL AMOR DE DIOS HABÍA LLENADO POR COMPLETO SUS CORAZONES. "Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos".
Hoy en día es difícil ser cristiano también y manifestarlo públicamente en lugares donde la fe "no se lleva". Sabemos que creemos en Dios, en su Hijo Jesús, pero lo vivimos clandestinamente, en privado...
Jesús nos necesita, y Él, que lo dio todo por nosotros, merece, al menos, que no ocultemos nuestra fe, y que seamos testigos de su Evangelio ante los hombres.
Comenzamos el tiempo de Adviento, y la ESPERANZA debe estar presente en nosotros... Esperamos un Salvador que vino al mundo con todas las consecuencias y no se ahorró sufrimientos y dificultades.
Que María, Madre del Adviento, nos ayude a CONFIAR EN DIOS y a saber ESPERAR, porque todo lo que se deja en manos del Padre, Él lo lleva a buen término.
FELIZ ADVIENTO, FELIZ ESPERA.
(Pincha en el link de la columna derecha y podrás ver el vídeo del himno)

jueves, 25 de octubre de 2007

UNA LLAMADA... UNA RESPUESTA....

EXPERIENCIA EN CALCUTA
Este testimonio nos lo envía María Chiquero, de Madrid.
¡Gracias, María, por hacernos partícipes del gran don que Dios te ha dado! ¡Gracias por responder a la llamada misionera...!

La experiencia de hacer misión nos demuestra cada día que merece la pena, dar testimonio del amor de Cristo a los demás, de darnos a la gente y trasmitir que Cristo continúa viviendo en la sociedad en la que vivimos.

Desde que era muy pequeña mi vida ha estado marcada por la entrega a los demás, he ido a voluntariados, campos de trabajo y mil y una actividad para estar con la gente, y hoy por hoy mi profesión esta dedicada a dar luz y esperanza a personas que han perdido motivo por el que vivir, motivo para seguir disfrutando del mayor regalo que Dios nos ha dado, el de la vida

La experiencia que voy a contar es de este verano, desde hace varios años me llamaba la idea de ir de voluntaria a la India, exactamente Calcuta, la tierra de M. Teresa.
Y por fin ese sueño se hizo realidad este mes de julio, y en manos de Dios me embarqué junto con otras amigas en esta aventura.

Calcuta impresiona mucho, hasta que no llegas allí, ves lo que hay no te haces una idea de la pobreza, miseria, de la gradación humana, basura, suciedad, gente enferma y sola que hay en las calles.
Los primeros días todo te llama la atención: olores, colores, cultura, religión, forma de vida, la India está llena de contrastes. Cuando llegué me desbordó todo aquello, y te preguntas que haces allí, qué motivo te empujó para ir, qué es lo que vas a poder hacer...., mil preguntas que fueron teniendo respuesta a lo largo del mes.

En la misión a veces no hace falta hacer grandes cosas, como decía Madre Teresa de Calcuta, lo más importante es poner amor en lo que hacemos, desde la sencillez, desde la entrega, desde Cristo, y por ese motivo empecé a disfrutar de una misión tocada tan solo por la humildad.
Durante todo el mes estuvimos en las casas de las Hermanas de la Caridad, desde estar con niños hasta con los moribundos y enfermos. Las casas de las hermanas son un oasis, lugares donde se respira paz, amor y donde ves a Dios en cada una de las personas que allí se encuentran.
La labor que desempeñan las Hermanas es admirable, su vida son los pobres de los más pobres, entregan su vida a Cristo desde una sencillez, humildad, y pobreza que nunca había conocido.
Una Hermana me dijo que todos, cada uno de nosotros desde nuestra vocación, nuestra vida, nuestros hogares, debemos y podemos dar testimonio de Cristo vivo. Que no se quedara la experiencia en Calcuta, que a partir de ahora es cuando empezaba el verdadero trabajo del mes vivido allí.

También me impresionó la cantidad de voluntarios de todas las partes del mundo que van a Calcuta a empaparse de la obra de M. Teresa, a dejar una pequeña gota en ese océano tan inmenso, y compartir misión todos juntos es algo muy bonito.

A pesar del tiempo que ha trascurrido, ya tres meses, las imágenes que mis ojos vieron, los momentos vividos tan intensos y los segundos que duraron ciertas miradas, gestos, palabras de algún enfermo me han marcado el corazón para siempre. Una experiencia que ha cambiado no sólo mi vida sino también la vida de las personas que me rodean.

¡¡No dejes de testimoniar con tu vida que merece la pena ser misionero,
ser transmisor de Cristo!!

MARÍA CHIQUERO, Madrid

jueves, 27 de septiembre de 2007

PRESENTACION

Hola amig@,
has llamado a mi puerta y acudí enseguida a abrir...
¿Y qué me he encontrado?
¡Menuda cara! ¡Peínate un poco por lo menos!

Anda, pasa, pasa.... Charlemos un rato. ¿Prefieres té o café?
¡Vaya! Tú eres como yo, te va la coca-cola...
En fin... ¿qué me cuentas?