jueves, 29 de noviembre de 2012

IN MEMORIAM

El día 19 de noviembre, falleció en el Colegio de Madrid-Princesa, M. Remedios. La multitudinaria asistencia a su funeral fue la muestra del gran cariño que muchas personas le tenían, fue la confirmación de que pasó por la vida, como Jesús, "haciendo el bien y amando".
Compartimos con vosotros las palabras de una exalumna, que desde la sencillez de su corazón, quiere agradecer el testimonio de M. Remedios en su vida... Sirva de memoria y recuerdo a esta buena religiosa, que supo ser fiel a Dios y amarle hasta el final de su vida.
Descansa en paz, M. Remedios.


Cuando crucé por primera vez la puerta de las Concepcionistas, con tres años, no hablaba prácticamente nada, todo me daba miedo en el colegio, incluso llamaron a mis padres para preguntar si tenía algún problema, aunque yo, en casa, no callaba ni debajo del agua. Cuando cumplí los cuatro eso empezó a cambiar y me gusta pensar que mi profe, Sor Remedios, tuvo algo que ver. "Imagino" que me espabilaría de alguna manera o yo, desde mi pequeñez, encontré en ella algo que me inspiraba confianza...
Lo que no imagino, porque son recuerdos reales, es que me eligió para ser hebrea, todo un honor que me hizo sentir muy especial. Recuerdo también los ratos de ensayos con las manos juntas y de estar en la tercera misa tan cansada que en las escaleras del altar me pregunté por qué estaba yo allí, en la capilla…, probablemente mi primer momento de oración con Dios. Puedo decir que Sor Remedios fue una de las personas que me enseñó a rezar.
Una vez mi compañera me dio un chicle, y cuando me cansé lo pegué en la ficha de trabajo, me pareció un lugar estupendo para esconderlo, pero mi profe, Sor Remedios, era muy lista y me llevé una buena regañina. Era tan lista que sabía cuál era el momento exacto de arrancar un diente, cuándo llegaban las rutas o cuántos centímetros tenía que medir la falda del uniforme. En otra ocasión, descubrió que por no tragarme la comida, que no me gustaba, la aguantaba en los carrillos hasta que llegaba a casa, y es que mi profe, Remedios, era muy lista y yo la recordaré siempre con mucho cariño.

¡Gracias y hasta siempre profe!

Almudena, alumna de Sor Remedios

martes, 20 de noviembre de 2012

¡VIVA LA NIÑA MARÍA!

Cada 21 de Noviembre es diferente, aunque parezca igual...Pregón, Eucaristía, entrada en procesión de la Virgen Niña, hebreos, angelitos..., fiesta en el cole, disfraces, puestos...
La diferencia está en ti, en mí..., que un día fuimos alumnos de infantil, que un día nos vistieron de San Joaquín o Santa Ana... La diferencia está en que un año nos tocó preparar el pregón y disfruté como alumno en la fiesta más divertida de mi cole... Después pasé a ser exalumno/a y a vivirlo de otra manera... Pero siempre el recuerdo, cada 21 de noviembre, de una fiesta grande. Siempre, la nostalgia en mi interior, de esa Virgen Niña, que me recuerda que un día yo también lo fui... Y en la intimidad de mi corazón resuena ese "a ti mi Virgen Niña...", y el tostón que nos daba el profe de música con las flautas y los carrillones, ensayos y más ensayos, para que todo saliese bien...
Cuando estos días vuelvo a escuchar "Viva la Niña María", se me alegra el corazón y todo se vuelve de fiesta, para los que están todavía en un colegio concepcionista, y para los que ya no lo están... Es como un "grito común" que nos hace vibrar.
Gracias, M. Carmen, por querer mantener esta tradición que tú viviste en tu infancia, en los colegios concepcionistas.
Gracias, Religiosas y profesores concepcionistas, que seguís transmitiéndonos el amor a la Virgen y no estimáis tiempo ni dedicación para hacernos disfrutar en estos días.
Una vez más, y ojalá que sean muchos más, a pleno pulmón decimos:
¡VIVA LA NIÑA MARÍA!
 
¡FELIZ FIESTA A TODOS!

domingo, 18 de noviembre de 2012

ECOS DE LA CANONIZACIÓN

Damos las gracias a Enrique, exalumno del colegio de Segovia, por compartir en nuestro blog su experiencia de la canonización.
Os seguimos animando a enviar vuestras experiencias. Podéis enviarlas de manera individual, en familia o en grupo... y no os olvidéis de adjuntarnos una foto.

Segovia, 19 de noviembre de 2012, 6:00 am suena el despertador algo más temprano de lo habitual. Mi madre, Mª Carmen, mi hermano Miguel, mi novia Marta y yo nos vamos a Roma, más concretamente a Ciudad del Vaticano. Nos espera un viaje para la Canonización de Madre Carmen Sallés.
Llegamos a Italia, el tiempo es cálido y casi veraniego. Basta con salir del metro en la parada de Ottaviano y caminar unos metros para encontrarse con el primer grupo de la Familia Concepcionista. Se nota que el fin de semana es especial: el domingo es día de canonizaciones y los turistas no tienen la apariencia habitual.

Como nos alojamos junto a San Pedro del Vaticano forzosamente tuvimos que pasar por la Plaza de San Pedro y... ¡Ahí estaba! ¡La imagen de Carmen Sallés en la fachada de la Basílica! En ese momento me di cuenta de lo realmente lejos que había llegado la labor de las Religiosas Concepcionistas y la Familia Concepcionista en su conjunto y de como mi madre, mi hermano, mi novia y yo íbamos a ser testigos de aquel momento.
Roma da para mucho y, aunque teníamos claro el objetivo del viaje, no íbamos a desaprovechar la oportunidad de recorrerla y conocerla un poco mejor: sus monumentos, edificios, museos, la pasta y la pizza en sus más extensas variedades y los helados italianos; así qué decidimos visitar la ciudad y empaparnos de su encanto y de su historia.
El sábado 20 -día previo a la canonización- la congregación Concepcionistas había programado una Vigilia de Oración. No disponíamos de un medio de transporte  para acercarnos, ni cabía la posibilidad de ir en metro o autobús urbano, por lo que no teníamos claro si acudir, pero aquella mañana visitamos la Basílica de San Pedro y los Museos Vaticanos y ver que Carmen Sallés iba a ser proclamada santa en aquel precioso lugar con tanta historia, junto al sepulcro de San Pedro... ¡Había que empaparse del Espíritu Concepcionista!
Los grupos de colegios, venidos de todas partes iban llegando a aquel auditorio hasta llenarlo completamente con un gran júbilo. Conseguimos sitio para nosotros cuatro, más o menos en el centro de la sala; delante había unas butacas reservados: resulta que esos sitios estaban destinados a la familia brasileña de la niña sobre la que Madre Carmen obró el milagro que, entre sus muchos actos, sirvieron para hacerla Santa ¡Qué coincidencia! Tras una vigilia de oración y de canto nos recogimos porque a la mañana siguiente era la Canonización.
A pesar del madrugón, las colas para pasar a la Plaza de San Pedro eran inevitables, y es que se iban a canonizar a 7 santos y claro: nadie se lo quiere perder. No importa, esperamos pacientemente y tras algún que otro empujón conseguimos entrar y presenciar la ceremonia.
Imaginad esa inmensa Plaza de San Pedro del Vaticano, un soleado día de otoño, abarrotada como nunca yo antes había visto algo igual: los peregrinos íbamos alegres, no nos pesaba el cansancio porque teníamos muchas ganas de aquel momento. Solemnemente y en latín, seguimos la ceremonia, hasta el momento en que el Papa Benedicto XVI comienza a hablar en castellano y los aplausos de los amigos de Concepcionistas irrumpen por casi todos los rincones de la Plaza, el Papa comienza a hablar de Madre Carmen, de sus hijas las Religiosas Concepcionistas y de los valores que siempre les han acompañado. Yo mientras tanto veía a grupos de alumnos del colegio y me acordaba de esos años de mi infancia y mi adolescencia que había pasado por el colegio de Segovia y lo recordaba con cierta ternura.
Fue una experiencia única y enriquecedora, de esas experiencias que sabes que recordarás toda la vida, como también recuerdo mi paso por el Colegio de Concepcionistas en Segovia como alumno.

ENRIQUE PÉREZ SÁNCHEZ
Enrique, con su madre, su hermano y su novia.

lunes, 12 de noviembre de 2012

ECOS DE LA CANONIZACIÓN

Una experiencia vivida, es como una pequeña luz en nuestro interior, que ilumina nuestra propia vida. Una experiencia compartida, es el fenómeno maravilloso de repartir esa luz a otras personas e iluminarlas y enriquecerlas con lo que hemos vivido.
La experiencia de la canonización, no es sólo para guardarla en nuestro corazón y gozar interiormente con todo lo vivido, sino que es para COMPARTIRLA y LLENAR DE LUZ la vida de otros, siendo testigos de la santidad de Madre Carmen, comprometiéndonos a iniciar también nuestro propio camino de santidad.
Algunos "testigos presenciales" de la canonización en Roma, van a ofrecernos esa luz de su experiencia a través de nuestro blog, a lo largo de este curso escolar. Os animamos a seguir enviándonos al correo del blog vuestras experiencias, para ser, como decía M. Carmen, "aljibes que se llenan... para después repartir".

María Cadarso, profesora del colegio de Madrid-Princesa, estrena esta nueva sección de testimonios de la canonización. ¡Gracias por compartir e iluminar nuestras vidas!

Un viaje no es un destino al que llegar, sino todo un proceso en el que se incluyen la preparación, el momento de partir, los actos centrales, el retorno y los frutos. Una aventura en la que hay de todo; alegrías, dificultades y, sobre todo, providencia.
En cuanto supe que iban a canonizar a Madre Carmen tuve claro que yo tenía que estar allí, en la Plaza de San Pedro, frente al gran tapiz con el rostro sereno de la nueva santa. Y así fue, el 19 de octubre tenía la maleta preparada, la tarjeta de embarque impresa y el DNI en mano. A primera hora de la mañana, un grupo de profesores, hacíamos la cola para, después de haber comprobado que nuestras maletas tenían el tamaño y peso reglamentario, ocupar nuestros asientos y partir rumbo a Roma.
Llevábamos los pañuelos conmemorativos guardados, no teníamos distintivos visibles, pero en nuestras caras podíamos reconocer una sonrisa especial, íbamos todos (padres, alumnos, exalumnas, profesores…) al mismo lugar, para el mismo acontecimiento.
Nos alojamos cerca del Vaticano y dedicamos ese primer día a visitar parte de la ciudad. Quien conoce Roma sabe que es una suerte estar en ella. El sábado por la mañana, repetimos la sesión de turismo y, por la tarde, nos dirigimos a la vigilia, el primer gran momento. Llegué sin saber qué iba a suceder realmente y encontré una celebración en la que  se hizo el silencio, el silencio propició la oración y la oración me hizo entrar a mí, personalmente, en lo que estábamos viviendo; no sólo celebrar que Madre Carmen iba a ser canonizada, sino que a mí también se me había llamado a lo mismo: a ser santa, y no de forma espectacular, sino, sencillamente, haciendo mi tarea de cada día. Los bailes, las canciones, las representaciones, las banderas contribuyeron a crear un ambiente festivo y así, al salir del auditorio, los semblantes eran todos de alegría. Encuentros, reencuentros, fotos, enhorabuenas; una gran familia reunida para una gran fiesta.
Y, por fin, llegó el domingo. Llegó cuando aún no había amanecido, no dio tiempo ni al café de la mañana, eran siete beatos y una sola plaza en la que meternos todos. El tiempo nos había acompañado hasta ese momento, lejos de las agoreras predicciones, el sol había despejado todo rastro de lluvia. A las siete de la mañana estábamos haciendo cola para entrar, a través del control policial, en la plaza. Gente, más gente: filipinos, italianos, alemanes, españoles, estadounidenses, laicos, religiosas, sacerdotes, un gentío inmenso agolpado e impaciente, esperaba a que, a las ocho, nos dejasen pasar. Y así fue, a las ocho se abrió el paso y, entre empujones y pisotones, pudimos acceder a la plaza, corrimos por ella y conseguimos, absolutamente sorprendidos, sentarnos en un sitio privilegiado, todo un regalo.
Nada es por casualidad, por insignificante que parezca, todo lo que acontece en nuestra vida está pensado por Dios para conducirnos a Él. Yo, que hacía no muchos años había conocido a las MM. Concepcionistas, me encontraba en medio de una Eucaristía, presidida por el Santo Padre en la que nacía, para toda la Iglesia, una nueva Santa. Conocía su vida, algunas de sus frases, había estado junto a su cuerpo, había pedido su intercesión en momentos difíciles de mi vida y ahora, en su canonización, entendía que todo ello debía conducirme a Él, tomándola a ella como ejemplo.
Y así; la vigilia fue un encuentro, la Eucaristía un regalo y la convivencia con el grupo de compañeros, un descubrimiento.
María Cadarso Mateos

María Cadarso (tercera por la izquierda) junto a otros profesores del colegio de Princesa.

viernes, 9 de noviembre de 2012

HOMENAJE A M. CARMEN SALLES EN BARAJAS DE MELO

“Tratemos de formar el corazón de los niños según el modelo santo de la criatura más perfecta que salió de las manos del Creador: María Inmaculada. Es situar sobre bases sólidas la verdadera felicidad del hombre, de las familias y de los pueblos. Y también de llenar el cielo de felices moradores”. –Ecos del pensamiento de Carmen Sallés, 547-

Bases sólidas y amor a María Inmaculada, son las que debió forjar M. Carmen en Barajas de Melo, llegando al corazón de los niños y familias de este pueblecito de Cuenca, cuando después de 108 años el espíritu concepcionista se mantiene vivo, aun sin tener colegio allí desde el año 1936.
El amor a M. Carmen Sallés, los buenos recuerdos de la educación concepcionista y la impronta que dejaron las religiosas en Barajas de Melo, ha sido lo que ha movido a algunas personas afines a la congregación a celebrar una Eucaristía de Acción de Gracias por su canonización, el día 3 de noviembre. A esta celebración asistieron varias religiosas del Gobierno General y Provincial, acompañadas por M. Asunción Valls.
Después de la Eucaristía, que finalizó con la veneración a la reliquia de la Santa, se trasladaron a una casa próxima a la Parroquia, perteneciente a la familia Martínez Aparicio, descendientes de D. Sebastián de la Fuente Alcázar, que acogió en esta casa a M. Carmen y a otra religiosa al comienzo de la fundación. Las hermanas Martínez Aparicio, devotas de Carmen Sallés, han querido colocar una placa conmemorativa en la fachada de la misma y ofrecer un ágape a todos los vecinos y personas que participaron en el acto. Después, las religiosas pudieron visitar la casa y comieron con la familia, que no podían disimular su gran amor a la congregación y a la Fundadora. Las palabras que se leyeron en la Eucaristía y que se recogen a continuación, así lo demuestran:

“Barajas de Melo, no debe ni quiere olvidar a quienes, desde el silencio y la mansedumbre, sirvieron a este pueblo, ofreciendo sus oraciones, su trabajo y dedicación cotidiana. Durante más de treinta años, las religiosas Concepcionistas desempeñaron una gran labor de enseñanza y catequesis, haciéndose realidad las palabras de Santa Carmen: `Mientras haya jóvenes que educar y valores que transmitir, las dificultades no cuentan´”

Gracias, Barajas de Melo, por vuestro cariño y cercanía y por mantener y transmitir la devoción a M. Carmen Sallés. Que ella os cuide y proteja desde el cielo.

 


 

lunes, 5 de noviembre de 2012

UN ALTAR PARA M. CARMEN

Desde México, M. Rosario Moreno, nos envía este pequeño artículo para compartir con nosotros.
¡Gracias y adelante! Que Dios siga bendiciendo la misión concepcionista en las tierras mejicanas.

Ya tenemos a santa Carmen Sallés en muchos altares, pero del que hablamos es especial. Es el que le ha preparado el Colegio Carmen Sallés de Jiutepec (Edo. Morelos) con ocasión de la “Fiesta de los muertos”, que es considerada patrimonio cultural de la humanidad.
En esta fiesta cada familia hace en casa “su altar” dedicado a sus muertos y le pone, además de sus fotografías, la comida que le gustaba (chile, pozole, tacos, quesadillas, mole, tamales,…), pan de muertos, las flores típicas, frutas y dulces, una vasija con sal, otra con agua, las velas, los colgantes de papel picado, entre otros componentes del altar.
La historia dice que esta fiesta de los muertos parece ser de origen prehispánico, es decir antes de la llegada de los españoles y se celebraba en otras fechas. Después se hizo un sincretismo haciéndola coincidir con el Día de todos los Santos y sobre todo el Día de los Difuntos. Los mexicanos se felicitan diciendo: “feliz día de muertos” o de “muertitos” (casi todo lo hacen en diminutivo, hasta los muertos). En realidad el día de todos los Santos dicen que lo dedican a los muertos chiquitos (a los niños) y el de difuntos a los mayores. El caso es que es una gran fiesta la de los muertos por estas latitudes.
Pues bien: M. Carmen tuvo el homenaje de todo el Colegio con un gran altar dedicado a ella como podéis apreciar en la foto.
M. Rosario Moreno,rcm
 


sábado, 3 de noviembre de 2012

POZOBLANCO ESTÁ DE FIESTA

El vídeo que ofrecemos a continuación recoge los momentos más significativos de la Eucaristía de Acción de gracias por la canonización de M. Carmen en Pozoblanco (Córdoba), así como la inauguración y bendición de la Avenida Madre Carmen Sallés, por el Obispo de Cordoba, Demetrio Fernández.
Podrás ver también la nueva cubierta del patio del colegio y escuchar la entrevista a M. Concepción Agudo, Superiora de la Comunidad y al Obispo de Córdoba.
Desde el blog queremos dar las gracias al redactor, al cámara y editor, de este vídeo tan bonito y tan bien elaborado. Jorge Bravo, Andy Soria, FELICIDADES y ADELANTE, tenéis futuro en esto de los medios de comunicación.

Para ampliar la imagen pincha en el recuadro de la esquina inferior derecha.

jueves, 1 de noviembre de 2012

AVENIDA MADRE CARMEN SALLÉS

Seguimos con noticias tras la canonización, aunque el hecho al que nos remitimos ya estaba previsto y preparado para ser inaugurado justo después de que la Santa fuese reconocida públicamente en el Vaticano.
Así que Pozoblanco ya cuenta con una nueva avenida, nada más y nada menos que la AVENIDA DE MADRE CARMEN SALLÉS. Nuestra felicitación a todos los tarugos, que ya pueden presumir de avenida, de Santa, de colegio y de su queridas Religiosas Concepcionistas, que desde 1899 educan desde el Carisma Concepcionista a niños y jóvenes en este entrañable municipio del Valle de los Pedroches.
Puedes acceder a la noticia haciendo click en el link:
La avenida Madre Carmen Sallés ya es una realidad - ABC Punto Radio Pozoblanco | 91.2 FM