domingo, 15 de marzo de 2009

CAMPO DE TRABAJO EN POZOBLANCO

“Tratarles como a cualquier persona”.
Esto fue lo primero y más importante que nos dijeron los responsables del centro cuando vinieron a presentarnos el programa que íbamos a realizar.
La mayoría de los voluntarios estábamos allí de nuevas, pero todos teníamos ganas de empezar cuanto antes, estábamos deseosos de llegar al centro, ver todo, conocer a los residentes… ¡pero no había manera! Aunque después de insistir cual niños pequeños nos concedieron una fugaz pero intensa primera toma de contacto.

La llegada fue triunfal, parecía que estaba todo preparado ya que muchos residentes estaban en la entrada del CAMF (quizá es que nosotros no éramos los únicos que queríamos que todo empezara).
Cruzamos el paso de peatones, y aunque cada uno estaba a su historia (unos tomando el sol, otros charlando, otros fumando…) cuando nos vieron, todo se paró. En el ambiente se respiraba incertidumbre, curiosidad, alegría, ilusión y muuuuuuuuchas ganas de comenzar.
Aunque al principio estábamos un poco cortados, poco a poco nos fuimos soltando y relajando. Esa noche durante “el cola-cao” no paramos de comentar cada minuto que habíamos vivido.
A la mañana siguiente, después del desayuno, oración y tareas pertinentes, nos encaminamos a la residencia, donde, tras el mini tour que nos hizo el personal del centro, tuvimos nuestra primera gran experiencia: el aperitivo de bienvenida, que fue como el chupinazo que indicaba que tocaba dar todo lo mejor que teníamos en nuestro interior.
Realmente fue especial. No había mucha confianza con los residentes, sin embargo ellos sí tenían confianza en nosotros.
Y así, entre refrescos y patatas, pajitas y aceitunas comenzó el campo de trabajo.

A partir de aquí todo vino rodado…las primeras actividades juntos, canciones, juegos e historias que fueron creando lazos de unión que se irían afianzando, sobretodo, en las terrazas; que ¡qué gran salida! Eran cansadas, eso si, porque después de todo el día…pero cuando veías esas sonrisas y sus miradas que iluminaban la noche…crecía una fuerza desde lo más profundo de cada uno, que nos empujaba a seguir adelante.
La verdad es que nos organizamos bien todos los voluntarios en cuanto a lo de las actividades, para en las salidas no repetir y mezclarnos para estar con todos los compañeros. A esto contribuyó mucho la responsable, M. Carmen Rodríguez, que cuidó de nosotros en todo momento para tratar de que estuviéramos a gusto y no nos faltara de nada.
Bajo mi punto de vista conseguimos formar un verdadero grupo. Encajamos muy bien y nos apoyábamos y ayudábamos todos, lo que hizo que esta experiencia fuera más llevadera, alegre, auténtica y especial.
Todos hemos aprendido algo y hemos vivido momentos muy emocionantes.
Personalmente el día que más me gustó fue el del camping…no tengo adjetivos para describirlo, fue inolvidable. Todos allí, al aire libre, cantando y hablando de todo. Ahí éramos todos iguales. Ahora ellos en sus sillas nos miraban desde arriba y nosotros por el suelo…tan contentos; aunque claro, como en el césped se está tan bien, algunos se apuntaron y se vinieron a las toallas a echarse la siestecita…¡como señores! De ese día tampoco podré olvidar las caras de los que se bañaban o la expresión de felicidad de Juanita, que nunca había visto una piscina.

Todo lo que cuento son meras palabras que, aunque lo intentan, no consiguen transmitir ni la mitad de los sentimientos y emociones que allí se viven.
Esta experiencia hay que vivirla y dejarse empapar por ella porque realmente te cambia, te transforma…ves la vida desde otro punto de vista…tienes una mirada distinta de las personas, las cosas, el sol, las manos, los momentos, el tiempo…
Gracias a ellos aprendes a aprovechar cada instante y darlo todo sin atender a ningún tipo de diferencias. A ayudar al prójimo y valorarlo por lo que es…a no desperdiciar ningún segundo de la vida y regalar sonrisas sinceras, porque con una de esas puedes hacer muy feliz a la persona que tengas al lado.

Virginia Sancho
Voluntaria en el Campo de Trabajo de Pozoblanco










Si deseas participar este verano en el campo de trabajo de Pozoblanco (Córdoba) ponte en contacto con la responsable de Pastoral de tu colegio o escribe un e-mail a la dirección del blog: blogconcepcionista@concepcionistas.es

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