Incertidumbre, ilusión , miedo y ganas; fueron algunos de nuestros sentimientos de camino a Sierra Elvira (Granada).
Era una experiencia nueva en la que lo único que sabíamos era que íbamos a ser las profes de unos niños. Pero esto cambió, ya que Sor Rebeca, Sor Mercedes y Sor Ascen nos explicaron con vídeos y testimonios el trabajo que íbamos a hacer allí.
Al llegar a la Fundación " Escuela de Solidaridad" nos encontramos con una gran acogida y tuvimos la suerte de conocer a Ignacio, la persona que gracias a su esfuerzo y entrega ha logrado sacar adelante tan difícil proyecto.
Todas las voluntarias decidimos dividirnos para dar clase a los niños de distintas edades y aquí comenzó nuestro trabajo diario: les ayudábamos con los deberes de verano y cada día que pasaba lográbamos más confianza con ellos.
Entre clase y clase un batido COVAP para el cuerpo y talleres de manualidades, que junto con la comida, eran los momentos donde nos relacionábamos con el resto de voluntarios y de personas que vivían allí.
Gracias a Sor Rebeca, Sor Mercedes, Sor Ascen y el resto de voluntarias por habernos permitido vivir esta experiencia donde no solo aprendimos a ser profes, sino que ellos nos enseñaron a ver la vida de forma diferente, que no hace falta ser de la misma raza y de la misma religión para lograr ser una gran familia donde todos se apoyan, se quieren y comparten todo lo que tienen.
Silvia Gómez y Marta Gómez (ex-alumnas de Princesa)
Silvia con Said y Ana.
Marta con Agustín.
Algunas voluntarias del Campo de Trabajo
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