Sobran las palabras... Es un momento para hacer silencio y dejar espacio a la única PALABRA. Acogiéndola en el corazón, meditándola en el interior... y contemplar EL MISTERIO. Desde ahí sólo cabe ADORAR al REY DE REYES, al SACERDOTE DE LOS SACERDOTES... al HIJO DE DIOS HECHO CARNE.
Junto a los Reyes y pastores... ¿has ido tú ya a adorarle?
¡FELIZ DÍA DE REYES!
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