miércoles, 20 de abril de 2016

ECOS DEL PENSAMIENTO DE STA. CARMEN Nº 18

“Nuestra vida espiritual tiene sus cimientos en la fidelidad a la voluntad del Padre, siguiendo así a Jesucristo, bajo la luz del Espíritu Santo, a imitación de María Inmaculada”
-Santa Carmen Sallés-

REFLEXIÓN de M. Asunción Valls, rcm 
Empiezo por el final. Y no por llevar la contraria, que conste, sólo mientras se me pasa el susto. Porque así, de pronto, me encuentro nada más y nada menos que con la Santísima Trinidad como cimiento de mi vida. Y eso me parece a mí algo maravilloso, pero… ¿no es un poquito difícil?
Y resulta que no tanto. Bueno, sí, pero no. O sea, que Santa Carmen Sallés me pide que imite a María Inmaculada, y si Ella tuvo esos cimientos, un hijo, una hija suya, se pone a mirarla y empieza a rumiarlo:

“Fidelidad a la voluntad del Padre”, vamos que se trata de decir “hágase en mí”, y eso ya lo vengo intentando.

“Siguiendo así a Jesucristo”. Me parece que ya lo cojo. Es aquello de “mi madre y mis hermanos son los que escuchan la Palabra y la ponen por obra”. Sí… entiendo de qué va, aunque se me olvida enseguida lo que escucho. Pero bueno, es cuestión de tirar de audífonos…

“Bajo la luz del Espíritu Santo”. Clarísimo. A María la cubrió con su sombra, y ¡zas! la Encarnación del Verbo. Pues yo me arrimo un poquito a Ella y me explico esa luz y esa sombra luminosas que parece a veces como que me arden por dentro.

Es que no falla: la miras a Ella y como que te explica el problema más enrevesado y te lo deja clarito. No digo nada, ¡si fue la educadora de Jesús y también es la mía! Pues adelante, y a poner bien esos cimientos.



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