La presencia de Dios nos rodea, nos envuelve..., pero pocos son capaces de descubrir a Cristo a su lado.
Él se manifiesta en lo sencillo y contidiano de cada día. Abre bien los ojos este verano. Despierta todos tus sentidos, para poder gozar del paso de Dios en tu vida. Él quiere estar a tu lado, reír y llorar contigo, tenderte su mano para que tu caminar sea más fácil y llevadero.
Dios, presente en todas las criaturas, en la naturaleza, sólo desea manifestarte su AMOR. ¡Déjate amar por Él!
¡FELIZ VERANO!
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