Cada año la Navidad se acerca con sus pies empapados por la nieve y con sus regalos debajo del brazo para decirnos: ¡Estás vivo! ¡Vive! La Vida es el gran regalo de la Navidad.
Y nosotros, seguimos empeñados en desempolvar
recuerdos, en hundirnos en la desesperanza y abandonarnos a una nostalgia
estéril que no nos regalará nada nuevo. La vida se nos pasa y apenas nos
inquietamos.
Pero Él viene, viene siempre. Su voz se
distingue a lo lejos entre los profetas y se oye de cerca en los testigos. Le
encanta venir por Navidad, aunque mucha gente lo ignore y dé más importancia a
otras cosas que van pasando y que terminarán…
Navidad es denuncia y profecía.
Hay que denunciar este paso lento y desmotivado hacia
la justicia. Esta sociedad acostumbrada a la corrupción y al materialismo que
ya no sabe emocionarse ante un recién nacido, necesita llegar a Belén.
La Navidad nos trae un regalo, y es que aún estamos a
tiempo para soñar un año nuevo y distinto. En la lotería de Navidad nos ha
tocado una aproximación de utopía que nos estaba haciendo falta. Es posible un
tiempo nuevo. O al menos yo, quiero creerlo: ¡ES POSIBLE!!
Estamos de Buena Nueva, de Navidad, y vamos a
celebrarlo. El niño Dios bien merece un regalo singular que entre todos hemos
de hacer posible. Podemos -si os parece- hacer una colecta especial para poner
a los pies del Niño Dios un regalo que a Él le agrade. A saber: un mundo más
humano y más niño. No echéis calderilla, por favor, ni escribáis los mismos christmas
de todos los años, ni ocultéis el silencio fecundo de la noche con altavoces
que entonan villancicos pregrabados que nadie siente. No, por favor. Si traéis
algo, traeros a vosotros mismos con todos vuestros nombres y vuestros corazones
para que seamos capaces de entonar bien en el concierto del amor de Dios y de
la justicia que quiere abrirse paso por toda la tierra entre los hombres y
mujeres de buena voluntad. Si es Navidad que sea para todos.
Que disfrutéis de una Navidad muy feliz y muy solidaria,
muy llena de Dios para que sea Navidad de verdad y muy cercana a los pobres
para que no pierda su encanto. Y el próximo año, ya cercano, volveremos a
retomar el camino con renovada ilusión sintiéndonos hombres y mujeres de
iglesia que quieren construirla y renovarla de adherencias extrañas al
evangelio.
¡Feliz tiempo de Navidad! ¡Que sea buena noticia para
todos! En medio de la crisis galopante que nos amenaza hay una buena noticia:
Se llama Jesucristo y es la solución a todas las crisis.
JESÚS, CONTIGO, NUESTRA LUZ ES MÁS
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