Andrés y Elena son padres de familia, sus hijos, alumnos del colegio de Princesa. Juntos quisieron participar en la Pascua Concepcionista de Toledo. Al igual que los discípulos, que tras la Resurrección sintieron la llamada de COMPARTIR todo lo que habían experimentado y vivido, ellos desean hacernos partícipes de todo lo que han vivido y recibido en esos días, todo un regalo pascual, un don de Jesús Resucitado en sus vidas.
Gracias por ser testimonio de familia concepcionista que también desea caminar al estilo de Carmen Sallés, gracias por compartir con sencillez, gracias por ser reflejo de ese hogar de Nazaret donde hay espacio y acogida para Jesús, que desea vivir junto a vosotros y bendecir vuestra casa.
Animados
por nuestra hija Elena, que ya estuvo el año pasado, y dejándonos llevar por el
entusiasmo de sus organizadores, el Jueves Santo, muy temprano nos pusimos toda
la familia rumbo a Toledo, para…. ¿para qué? Pues no lo sabíamos muy bien, pero
si Dios quería que fuéramos, por algo sería.
Cada
día ha sido distinto y más rico en experiencias y vivencias que el anterior.
Hemos compartido con personas y familias desconocidas (ahora ya no lo son),
nuestra fe, y eso nos ha permitido crecer y madurar a todos y cada uno de
nosotros cinco.
Cada
momento lo hemos vivido con intensidad y profundidad, con pleno conocimiento de
sabernos compañía de Jesús en los momentos más importantes de su existencia y
de la nuestra. Han tenido espacio las emociones, los sentimientos, la alegría,
el esparcimiento. Todo en un ambiente fraterno y familiar.
En
el camino del Jueves Santo al Sábado Santo hemos meditado sobre el don de Jesús
en la Eucaristía, sobre su invitación a tomar cada uno nuestra Cruz para
llevarla con El, morir con El y, así el Domingo (Sábado por la noche),
resucitar también con El, como hombres nuevos nacidos desde su amor.
Saber
que todos y cada uno estábamos viviendo la misma experiencia, cada uno la suya,
pero todos juntos, no cabe duda que ha fortalecido nuestra comunión
(común-unión) con la Iglesia. Allí hemos vivido nuestra fe y hemos sido parte
activa de la Iglesia.
Gracias
a todos los que habéis trabajado en la organización, gracias al P. “Quillo” y a
su Parroquia por acogernos, gracias a todos y cada uno de los que habéis
compartido con nosotros estos días (todos importantes e imprescindibles) y, por
supuesto, gracias a Dios por habernos llevado una vez más de su mano más cerca
de Él.
Andrés y Elena, padres de alumnos del colegio de Madrid-Princesa
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