La reflexión del pensamiento de Santa Carmen de hoy nos llega desde otro continente, África, de Guinea Ecuatorial. Desde allí M. Mª Luna Escribano se hace presente, haciéndose ella misma aljibe para llenarnos a todos de esa riqueza interior que Dios le ha ido regalando y que ella comparte a manos llenas.
M. Mª Luna nació en Pozoblanco (Córdoba), allí descubrió su vocación y aceptó la invitación de Dios a ser Religiosa Concepcionista. Sus primeros años como religiosa los pasó en España, pero pasado un tiempo, ella aceptó una segunda invitación de Dios: ser misionera fuera de su país y marchar a tierras africanas donde seguramente ha vivido esta experiencia que nos narra: que DIOS TRABAJA SIEMPRE, aunque nosotros no lleguemos a todo y seamos limitados.
Agradecemos a M. Mª Luna su reflexión y le lanzamos también nuestra propuesta de que algún día comparta su experiencia misionera de África en nuestro blog.
ECO
Nº 16 DEL PENSAMIENTO DE CARMEN SALLÉS
"Somos como aljibes que se van llenando por
la obra amorosa de las manos de Dios
Padre, del Hijo redentor y del Espíritu Santo vivificador”
Me
llama la atención la aparente facilidad de M. Carmen para conciliar y caminar
con “opuestos”: gracia-esfuerzo; trabajo-providencia; hacer-dejarse hacer….
Nunca dudé que M. Carmen nos quiere –a
los concepcionistas – trabajadores. ¡Pero hoy, una vez más, me recuerda la que
es una de mis mayores alegrías! ¡Dios
trabaja! Sí, el que más y mejor trabaja es Dios, nuestro Dios familia. Sus manos están
ahondando en nuestro terreno, sin cansarse, hasta llegar a encontrar esa veta
de agua limpia. Él se ha empeñado en hacernos aljibes profundos, que tienen
agua abundante, para poder repartir.
No es fácil hacer un pozo; si no lo has
visto nunca, yo sí; y es evidente que requiere mucho esfuerzo, constancia y
paciencia. Así es el trabajo de Dios en ti y en mí.
Hoy, agradece ese trabajo amoroso que
Dios hace en tu vida. Pasa un momento con Él para mirar cómo has ido creciendo,
como Él te ha ido regalando más profundidad.
Hoy
también, estate atento a tus manos, quizá Dios tenga necesidad de ellas para seguir
realizando su obra amorosa, para que otro pueda llegar a ser aljibe y encontrar
esa agua que le da la vida y la alegría.
¡Vive
el día feliz y descubre en ti y en los demás el trabajo de Dios!
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