miércoles, 9 de marzo de 2016

ECOS DEL PENSAMIENTO DE STA. CARMEN Nº 17


Llega al blog nuevo eco del pensamiento de M. Carmen. Qué fácil nos lo ponen, la tenemos siempre presente.
En esta ocasión nos la acerca M. Rebeca Sosa, que ha asumido esta grata responsabilidad de poner voz a estos Pensamientos, a través del Whatsapp y el blog, para que todo corazón concepcionista, sintonice más y más con el pensamiento de esta gran mujer que es Carmen Sallés.
Y M. Rebeca lo hace como ella es: Mostrando su ser concepcionista que empezó a forjarse en el Colegio de Buitrago de Lozoya del que fue alumna y en el que descubrió las raíces de la Congregación, y no se anduvo por las ramas, allí decidió consagrarse al Señor.
Después de vivir en los colegios de Madrid-Princesa, Burgos y Ponferrada, desarrolla actualmente su actividad pastoral como delegada, en el Colegio de Hortaleza, donde deja al descubierto su inquieto  corazón misionero. De ello dan fe los Proyectos de Verano de la ONG. Pasando estos últimos años  en la misión de Venezuela y República Dominicana.
Anima cualquier partitura, porque le gusta vivir cantando y cantar mientras vive. Su guitarra y su creatividad ponen música a cualquier situación de la vida.
Te agradecemos M. Rebeca nos introduzcas en este bello pensamiento de M. Carmen.

ECO Nº 17 DEL PENSAMIENTO DE CARMEN SALLÉS  
“La devoción por excelencia se dirige a la Santísima Trinidad. Recordemos con frecuencia su presencia en nosotros, invocándola con amor e implorando sus gracias” 

REFLEXIÓN de M. Rebeca Sosa Jiménez, rcm
La Santísima Trinidad, ¡qué gran misterio de nuestra fe!, que ha quitado el sueño a muchas personas, grandes teólogos y entendidos en materia de fe, en su empeño por razonar con su mente finita el misterio de Dios, que es infinito.  
Un solo Dios, pero tres personas diferentes. ¡Tampoco es tan complicado de entender! ¿verdad? Dios Padre que nos cuida y nos ama infinitamente porque nos ha Creado, ¡somos sus hijos! Dios Hijo, Jesús, que vino al mundo para salvarnos, que nos ha dejado con el ejemplo de su propia vida el modo de vivir más auténtico, la forma de vivir como cristianos… y Dios Espíritu Santo, que nos ayuda a conseguirlo, que nos guía, nos orienta, nos ilumina, nos da fuerza. 
Los tres son diferentes, pero los tres son Dios. La unidad en la diversidad. Su grito de guerra podría ser este: “Unus pro omnibus, omnes pro uno” (Uno para todos y todos para uno). Lema que expresa su relación trinitaria, esa fidelidad que les une. 
Si leemos con atención el Nuevo Testamento, observamos una especie de regla. Cada una de las tres personas divinas no habla de sí, sino de la otra; no atrae la atención sobre sí, sino sobre la otra. Cada vez que el Padre habla en el Evangelio lo hace siempre para revelar algo del Hijo. Jesús, a su vez, no hace sino hablar del Padre. El Espíritu Santo, cuando llega al corazón de un creyente, no enseña a decir su nombre, que en hebreo es «Rûah», sino que enseña a decir «Abbá», que es el nombre del Padre.
Santa Carmen, que experimentó esta presencia de la Santísima Trinidad en su vida, nos aconseja que recordemos con frecuencia esta Presencia entre nosotros, porque Ellos están y actúan, aunque no nos demos cuenta… Pero, ¡cuánto nos ayuda espiritualmente tomar conciencia de esto! Cómo cambiarían nuestras vidas si imitásemos a la Santísima Trinidad en esto: no afirmar tanto nuestra autoridad, sino la de los otros. Decir primero “tú” en vez de “yo”. Hablar y ensalzar al prójimo en lugar de enorgullecernos de nosotros mismos. Si viviéramos esto, nuestras familias y comunidades, se convertirían verdaderamente en un reflejo de la Trinidad en la Tierra, lugares donde la ley que rige todo es el amor. ¡Qué bien supo expresarlo San Juan de la Cruz!, seguramente, como Santa Carmen, movido por esa Presencia que lo habitaba; la Santísima Trinidad:

"Tres personas y un amado 
 entre todos tres había
y un amor en todas ellas
y un amante las hacía;
y el amante es el amado
en que cada cual vivía;
que el ser que los tres poseen
cada cual le poseía...
Porque un solo amor tres tienen
que su esencia se decía;
que el amor cuanto más uno
tanto más amor hacía.."


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