domingo, 2 de julio de 2017

ECOS DEL PENSAMIENTO DE STA. CARMEN Nº 36

“Realicemos los deseos de Dios de buena voluntad, porque “sólo agrada a Dios aquel que da con alegría”, según la Sagrada Escritura”

REFLEXIÓN DE M. ASUNCIÓN VALLS, rcm
Poco a poco, nos va llegando en este blog el eco de la voz de Santa Carmen. Como si nos halláramos en el más sugestivo de los paisajes, en un paraje rodeado de montañas, y de pronto sintiéramos la necesidad de llamarla, gritando su nombre: ¡…Carmen…! ¡…Carmen…! Y las montañas nos sorprendieran con una resonancia inesperada: ¡… Alegría… Alegría…!
¿No entiendes “cómo puede ser eso”? No te preocupes, también María se sorprendió ante el saludo de un ángel: “Alégrate, llena de gracia!”…
Repites: “¡Carmen!”. El eco insiste: “¡Alegría!”. Se establece un diálogo con estas dos palabras por argumento único. Y acabas por entender, por percibir, otros ecos de la voz de Madre Carmen, no en las montañas sino en tu corazón: “el/la concepcionista ha de estar siempre alegre”.
A ver si nos aclaramos: tú percibes el eco de Carmen… Carmen percibe el eco de María, María percibe el eco de Dios. Al ángel le responde “hágase en mí”. A nosotros nos dice “hágase en ti”, o sea “haced lo que Él os diga”.
María se puso a cantar de contenta que estaba, porque Dios la había mirado y la había visto pequeña; y Carmen, que también lo cantaba (¿quién no canta alguna vez lo que oyó a su madre?)

¡Alegraos y cantad, todos los concepcionistas, hijos de Santa Carmen Sallés, porque el mismo Señor que miró a su pequeña sierva e hizo cosas grandes en Ella, se ha querido detener en la  pequeñez concepcionista y ha hecho cosas grandes en cada uno… Para que cada uno cumplamos sus deseos cantando ¡CON ALEGRÍA!

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