“La
mayor gloria de Dios debe estar en la meta de todos nuestros caminos, sean
fáciles o difíciles.”
REFLEXIÓN DE M. ANDREA BORDAS, rcm
“La
gloria de Dios es que el hombre viva”, decía San Ireneo, y M.Carmen lo completa
diciéndonos a los Concepcionistas que en todo aquello que hagamos busquemos el
bien de nuestros semejantes, sea cual sea, el tipo de camino que tengamos que
emprender para alcanzarlo.
Puede
parecer bonito escribirlo, e incluso fácil decirlo, pero, creo que, a la hora
de hacerlo vida coincidiréis que la cosa no es tan sencilla.
Si
te paras a pensar, a veces el problema puede estar no, en no saber buscar el
bien, sino en qué camino tomar para llegar a él. Buscando cómo dar respuesta, encontré
las palabras de un sabio, Séneca. Él decía: “no hay viento favorable para quien
no sabe a dónde va”. ¡Es cierto!, quien no sabe a dónde se dirige, no sabrá qué
hacer con lo que le sucede; ni con lo bueno, ni con lo adverso, corriendo el
riesgo de perderse y naufragar.
¿Perderse?
¿Naufragar? Este año no será posible, ni por falta de barcos, ni por brújulas,
ni por no estar suficientemente motivados a salir y encontrar… pero,
pregúntate, ¿tienes bien colocada tu brújula interior? ¿Hacia qué norte apunta?
Quizá
es hora, de que busques un sitio tranquilo, sentarte y ponerte a la escucha de
Quien es el CAMINO, Jesús. Él hará unos pequeños ajustes en tu brújula interior
con la fuerza de su amor. A través de su Palabra, te revelará de dónde vienes y
hacia dónde vas, sus sueños y proyectos para ti, el camino que debes recorrer
para ser feliz y hacer felices a los demás. Si tienes clara esta meta, no
importa lo que pueda venir, Jesús camina contigo, y Él te irá mostrando el
CAMINO a seguir.
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