miércoles, 20 de diciembre de 2017

ECOS DEL PENSAMIENTO DE STA. CARMEN Nº 40

“Ante las más fuertes contrariedades, debemos mantener el ánimo sereno; Dios está en medio de ellas”

REFLEXIÓN DE M. Mª JESÚS MORA, rcm

No hay nada más fuerte que nos dé serenidad que el sentirnos amados. Cuando tenemos la certeza de que somos importantes para alguien y esa persona está siempre con nosotros, sacamos fuerzas cada día para vivir a tope, dando lo mejor de nosotros mismos a pesar de las dificultades, contrariedades y sufrimientos que la jornada nos pueda presentar.
El sentirnos amados es como ese “ancla” que mantiene nuestro barco fijo a pesar de las olas, la marea que nos quiere arrastrar hacia adentro o las corrientes que confunden nuestra dirección y nos dejan sin “norte”.
Dios en nuestra vida es esa Presencia continua e incondicional que nos susurra cada mañana al oído, “No temas porque yo estoy contigo”, “Nunca te dejaré solo. Yo estaré contigo hasta el final”.  

Y aquí está nuestra serenidad y nuestra fuerza: Dios, como Amigo que nos ama, sólo desea nuestra felicidad, no quiere que suframos y, por ello, se hizo uno de nosotros, para vivir todo lo nuestro con nosotros, cada día, viviéndolo hasta el final. Fue su modo loco de ser amigo, es su modo loco de amar.

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