“El respeto
humano nunca debe poner freno a nuestras decisiones. El cumplimiento de la
voluntad de Dios está por encima de la opinión de los hombres”
REFLEXIÓN DE M. PALOMA GAYÁ, rcm
Comentar un “Eco” de Santa
Carmen Sallés me resulta casi temerario; es como bucear hacia la profundidad de su pensamiento,
tratando de intuir la experiencia vital que esconden sus palabras. La he
mirado a los ojos, porque a través de la mirada se conecta mejor con el corazón, consciente de adentrarme en “Tierra sagrada”.
Lo primero que me ha llamado la
atención es el punto de partida de su reflexión: “El respeto humano”. Podríamos
pensar que Santa Carmen nunca se dejó llevar por lo que los demás pudiesen
opinar, y quizá fuese así, pero está claro que experimentó en sus afectos la
fuerza de la opinión de los demás,- alabanzas o críticas- que pueden debilitar
y engañar a nuestra voluntad.
Una vez más, descubrimos en
Santa Carmen a una persona profundamente humana, que conoce los sentimientos de
su corazón, los acepta con sencillez y humildad, y los gestiona con sinceridad y
valentía; una persona con los pies en el suelo.
La imagino en tantas
situaciones complicadas, ante las críticas, juicios e incomprensiones de los
demás. ¿Te suena? ¿Y eso otro de… buscar las alabanzas, la aceptación y el
aplauso de los demás…?
¡Cuántas veces nos encontramos
en la misma situación! Y… ¡nos duele!; Y nos sentimos heridos, solos e
incomprendidos y… ¡por desgracia! -en algunas ocasiones- dejando nuestras
decisiones en manos de la “favorable
opinión” de los demás.
Sin embargo, M. Carmen, consciente
de la fuerza que los respetos humanos tienen sobre nosotros, nos invita una vez
más a levantar el vuelo y vencer los miedos. Que los respetos humanos no pongan
freno a nuestras decisiones, a nuestra
capacidad de libertad.
Pero la experiencia que mueve
a M. Carmen va más allá. “Los pies en el
suelo y el corazón en el cielo”. Y el corazón de M. Carmen está empapado de un
Dios Amor que la guía con ternura Providente y le hace sentir plena. No duda. Lo
que Dios le pide es lo mejor para ella y para quienes pone en su camino. Por
eso se atreve a afirmar: “la voluntad de
Dios está por encima de la opinión de los hombres”. Sólo puede hablar así
un corazón profundamente enamorado, que ha puesto el ancla de su voluntad en el
Amor de su vida, en Dios.
Una vez más los “Ecos de su voz”
nos permiten acercarnos a la vida de Santa Carmen, mujer de tierra, mujer de
cielo, en quien podemos encontrar una compañera para nuestro caminar incierto,
porque sabe de debilidades y de afectos.
Termino
estas letras. Siento que he compartido con M. Carmen como lo hacen los amigos,
de corazón a corazón. Ahora la percibo más cerca; yo más liberada, con más
energía para afrontar los respetos humanos desde la ternura Providente de Dios.
En mis pies han crecido más raíces y a mi corazón le brotan alas. ¡GRACIAS,
CARMEN SALLÉS!
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