jueves, 11 de octubre de 2018

ECOS DEL PENSAMIENTO DE STA. CARMEN Nº 47


“¡Cómo  nos llegan al alma las palabras que brotan del corazón! De un corazón enamorado de Dios deben brotar nuestras palabras cuando hablamos de él.”

REFLEXIÓN DE M. CICERA JESÚS, rcm
¿Cómo sabes que estás feliz al hablar de Dios? o ¿cómo  sabes que alguien está realmente feliz cuando habla de algo?
Al hablar de Dios nos alegramos, porque Él nos ama y cuida de cada uno con amor incondicional. Un amor verdadero, sin cambio, sin interés, sin reserva, un amor sin límites, pues Él no tiene tiempo, espacio y lugar.
Un corazón alegre apasionado por Dios habla de él con emoción y humildad, vive por él, para él y con él en todo momento, y hace que su vida sea más serena, dinámica, sencilla, agradecida y disponible;  vive en comunión con las personas y con todo lo que Dios creó.
Dios es plenitud y por eso nos llama y nos invita a vivir en comunión con Él. Y con todo nuestro ser, debemos alegrarnos, nuestra alma resplandece lo que somos; nuestra mente  nos comunica lo que Dios nos pide a cada instante, nuestro corazón que impulsa y ayuda a poner en práctica las acciones de Dios, en nuestra vida y misión, nos llama a realizar en el día a día;  el cuerpo nos ayuda a vivir en comunión con las personas y con el mundo.
Santa Carmen Sallés  nos dice que debemos estar siempre alegres; porque la alegría es contagiosa y nos hace felices, y cuando estamos felices, nuestra vida se vuelve más hermosa y unida a Dios que es amor.


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