“Apártate de lo que no
te conduzca a Dios”
REFLEXIÓN DE M. SARAH REIS, rcm
Santa Carmen Sallés
fue mujer de su época, de su tiempo, con una mirada amplia hacia el futuro; vivió
humana y espiritualmente su realidad.
Haciendo eco de su
pensamiento, creo que lo importante es cuestionarnos cuál fue la experiencia
que tuvo de Dios. ¿Cómo la ves?
¡Dios, es El Dios de
la Vida! Jesús vino y nos ha revelado su rostro, afirmando: “He venido para que
todos tengan vida”.
Y me pregunto: ¿Cómo
vivo mi vida, regalo de Dios? ¿Qué lugar ocupa el Dios de Jesús, en mi vida? ¿Doy
espacio a Él? ¿Le invito a participar de la gran fiesta, que es vivir? Dios es
el Dios de la Vida, de la alegría, del encuentro, del abrazo y de la amistad...
Comparto con vosotros
un cuento que es una metáfora. Se trata de una niña y un pájaro que se amaban.
El pájaro venía de sitios lejanos y en el encuentro compartían, cambiaban
experiencias, se amaban y cada encuentro era un espacio mágico... Un día, queriendo
ella al pájaro sólo para sí, le encerró en una jaula. Él se quedó tan triste que
enfermó y poco a poco, fue perdiendo su magia, hasta perder por completo su
encanto.
Santa Carmen Sallés,
con su materno cuidado de educadora, quiere acompañarnos en nuestro camino
hacia Dios, por eso nos invita a vivir nuestra vida en discernimiento e identificar
qué puede estar apartándonos de Dios, e impidiéndonos vivir una vida plena: egoísmo,
indiferencia, desamor, miedo, prejuicio y otras cuestiones que podíamos seguir
añadiendo... Lo que puede separarnos de Dios no son cosas o personas, hay que
mirar, pues son las actitudes y opciones que hacemos.
Santa Carmen fue fiel
a su tiempo, y tú, yo, nosotros, ¿Cómo dar respuestas a nuestra
realidad? Apartémonos de lo que no nos conduce a Dios y entremos
con Él en la fiesta de la vida, en el banquete de la alegría, donde hay sitio
para todos, donde todos tienen su espacio. ¡Confiemos, Él siempre está con
nosotros!
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