COMUNIDAD DE MARCILLA (NAVARRA)
En pleno tiempo de la República española M. Piedad Espinal, Superiora General, veía cómo a pesar de las dificultades iba creciendo la Congregación y surgía el deseo de abrir un Colegio Apostólico en Navarra.
El párroco de Cabanillas, D. Carlos Cerdán pasó por Fustiñana y coincidió con M. Puridad Lasala que le comentó que tenía una familiar que quería donar sus tierras para alguna Congregación religiosa que estableciese una obra que beneficiase a su pueblo de Marcilla.
El párroco propuso abrir un hospital, pero como no entraba en el Carisma de la Congregación, no lo aceptaron.
Tenían todo ventajas, sólo faltaba el dinero para construir las aulas y expusieron al párroco. La Divina Providencia se hizo presente, y como el párroco tenía mucho interés en tener la Congregación en el pueblo, pronto empezaron a recibir donativos y ya podían comenzar a construir un salón dividido en tabiques intermedios de madera para clases y capilla y además arreglar la casa.
El 19 de marzo de 1.938, Festividad de S. José, se inauguraba esta casa de Marcilla.
Desde entonces, la comunidad ha tenido como misión primordial acoger a las jóvenes en período de Formación inicial, muchas son las religiosas que han pasado por esta Casa-Noviciado, hasta que en el año 2005 fue trasladado el Noviciado a Madrid.
Por ello nos abrimos a la novedad de una etapa diferente y en la que el trabajo sencillo, el compartir en fraternidad y la vida de silencio y oración nos fue mostrando el camino que Dios tenía preparado para nosotras.
Desde este año 2005 está destinada a Casa de Espiritualidad, donde acogemos a religiosas de la Congregación y grupos de diferentes ámbitos de la Iglesia propiciando el clima necesario para el encuentro con Dios.
Hasta nuestra Casa llegan grupos de laicos, jóvenes de los colegios y religiosas de la congregación, que vienen buscando silencio y paz con ellos mismos y con Dios, encuentran en esta casa todos los medios apropiados para conseguirlo. Cada vez son más los que llaman a nuestra puerta.
También continuamos nuestra tarea de inserción en la evangelización del pueblo de Marcilla, participamos en las catequesis, ayuda a los catequistas, animación con cantos en las Eucaristías parroquiales, grupos de oración, comunión a los enfermos, ONG, son algunas de nuestras actividades a nivel parroquial, así como en los momentos de dolor, unimos nuestra presencia y oración con la personas que sufren.
Nuestra Casa se ha visto enriquecida con el Museo Carmen Sallés que desde su inauguración, en diciembre de 2005, ha sido para muchas personas lugar de encuentro con la vida de nuestra Madre Fundadora, su Obra y su Carisma. Nos sentimos privilegiadas al tenerlo a nuestro lado, y para nosotras es un estímulo para continuar la misión que nos ha confiado la Iglesia por medio de nuestra Congregación.
Nuestra comunidad, sencilla pero acogedora, intenta vivir con alegría y entusiasmo el Carisma de la Beata Carmen Sallés, intentando que las personas que se acerquen a nuestra Casa se encuentren en una Casa de María Inmaculada, donde las actitudes de la Virgen se reflejen con el amor y el servicio alegre que requieran en cada momento.
Desde Marcilla, os invitamos a quienes no lo conozcáis que vengáis a visitarnos, os esperamos, seguro que repetiréis la visita. Y a los que ya lo conocéis, os esperamos nuevamente, os acogeremos con mucho cariño.
En pleno tiempo de la República española M. Piedad Espinal, Superiora General, veía cómo a pesar de las dificultades iba creciendo la Congregación y surgía el deseo de abrir un Colegio Apostólico en Navarra.
El párroco de Cabanillas, D. Carlos Cerdán pasó por Fustiñana y coincidió con M. Puridad Lasala que le comentó que tenía una familiar que quería donar sus tierras para alguna Congregación religiosa que estableciese una obra que beneficiase a su pueblo de Marcilla.
El párroco propuso abrir un hospital, pero como no entraba en el Carisma de la Congregación, no lo aceptaron.
Tenían todo ventajas, sólo faltaba el dinero para construir las aulas y expusieron al párroco. La Divina Providencia se hizo presente, y como el párroco tenía mucho interés en tener la Congregación en el pueblo, pronto empezaron a recibir donativos y ya podían comenzar a construir un salón dividido en tabiques intermedios de madera para clases y capilla y además arreglar la casa.
El 19 de marzo de 1.938, Festividad de S. José, se inauguraba esta casa de Marcilla.
Desde entonces, la comunidad ha tenido como misión primordial acoger a las jóvenes en período de Formación inicial, muchas son las religiosas que han pasado por esta Casa-Noviciado, hasta que en el año 2005 fue trasladado el Noviciado a Madrid.
Por ello nos abrimos a la novedad de una etapa diferente y en la que el trabajo sencillo, el compartir en fraternidad y la vida de silencio y oración nos fue mostrando el camino que Dios tenía preparado para nosotras.
Desde este año 2005 está destinada a Casa de Espiritualidad, donde acogemos a religiosas de la Congregación y grupos de diferentes ámbitos de la Iglesia propiciando el clima necesario para el encuentro con Dios.
Hasta nuestra Casa llegan grupos de laicos, jóvenes de los colegios y religiosas de la congregación, que vienen buscando silencio y paz con ellos mismos y con Dios, encuentran en esta casa todos los medios apropiados para conseguirlo. Cada vez son más los que llaman a nuestra puerta.
También continuamos nuestra tarea de inserción en la evangelización del pueblo de Marcilla, participamos en las catequesis, ayuda a los catequistas, animación con cantos en las Eucaristías parroquiales, grupos de oración, comunión a los enfermos, ONG, son algunas de nuestras actividades a nivel parroquial, así como en los momentos de dolor, unimos nuestra presencia y oración con la personas que sufren.
Nuestra Casa se ha visto enriquecida con el Museo Carmen Sallés que desde su inauguración, en diciembre de 2005, ha sido para muchas personas lugar de encuentro con la vida de nuestra Madre Fundadora, su Obra y su Carisma. Nos sentimos privilegiadas al tenerlo a nuestro lado, y para nosotras es un estímulo para continuar la misión que nos ha confiado la Iglesia por medio de nuestra Congregación.
Nuestra comunidad, sencilla pero acogedora, intenta vivir con alegría y entusiasmo el Carisma de la Beata Carmen Sallés, intentando que las personas que se acerquen a nuestra Casa se encuentren en una Casa de María Inmaculada, donde las actitudes de la Virgen se reflejen con el amor y el servicio alegre que requieran en cada momento.
Desde Marcilla, os invitamos a quienes no lo conozcáis que vengáis a visitarnos, os esperamos, seguro que repetiréis la visita. Y a los que ya lo conocéis, os esperamos nuevamente, os acogeremos con mucho cariño.
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