sábado, 4 de junio de 2011

FIESTA DE LA ASCENSIÓN DE JESÚS AL CIELO

En Galilea todo comienza a ser posible de nuevo. Como en nuestra vida, todo es posible cuando contamos con la presencia del Resucitado. Después de 40 días, después de 18 años, de 25, de 36, de 49 … te puedes sentir joven si oyes al Señor que te dice:
“¿Qué haces ahí mirando al cielo?”
Te puedes sentir joven si reconoces quién te pregunta hoy lo mismo, y si sabes responder a dónde miras, porque el cielo es tuyo. Tanto si subes como si te quedas, tienes una tarea: Hacer seguidores de Jesús, hacer que otros conozcan su mensaje, hacer que todos sintonicen con su proyecto, hacer presente su presencia en el mundo.
Parece que la Ascensión es la última visita de Jesús a sus discípulos, pero saboreo entre sus palabras una despedida cortés, un relato elegantemente predicado, y renace en mí la confianza y el compromiso de leer a la vez en su mensaje, que la ascensión es el D.N.I. de los creyentes, el día en que amaneces adulto; entonces recapacito: Yo, mayor de edad, libre, que estoy en el mundo por mi bien y su querer, estoy llamada a mirar la tierra y regar sus surcos con el agua de la esperanza, porque ÉL ESTÁ CON NOSOTROS HASTA EL FIN DE MUNDO.

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