sábado, 12 de noviembre de 2011

CON EL CORAZÓN EN EL CIELO...

UNA JMJ DIFERENTE...

Artículo enviado por Ana Gelabert, profesora del colegio de Barcelona.
Gracias por compartir con nosotros tu experiencia y por tu ejemplo de aceptación alegre a las situaciones de la vida.

En el mes de agosto tenía prevista una gran cita en Madrid, hacía ya varios meses que había decidido participar en la JMJ con la familia concepcionista. Tenía muchísimas ganas y era grande la ilusión por vivir una experiencia de fe junto a tantas personas venidas de distintos lugares de todo el mundo. Pocas semanas antes del inicio de este gran encuentro de Iglesia mis deseos se vieron truncados. Estando unos días de vacaciones en la playa, paseando tranquilamente, me caí, me rompí el húmero izquierdo y la rotura fue tan mala que me tuvieron que operar. ¡Imposible acudir a Madrid!
¡Una caída inesperada fue la que hizo que mi participación en la JMJ fuese diferente, no podía participar en directo, pero la viví  intensamente!
En el momento de caerme me di cuenta de que algo me había roto y… rápidamente vinieron a mi cabeza dos grandes eventos en los cuales quería participar, el 25 de julio, clausura del centenario de la muerte de M. Carmen y el mes de agosto, preparación y participación en la JMJ. Cómo cuesta tener que renunciar a lo que se espera con ilusión y pensando que es lo mejor,  pero… “El hombre propone y Dios dispone”.
Viví desde el sillón de mi casa, atenta a la televisión, todos los acontecimientos del Papa en Madrid. Evidentemente no fue lo mismo pero… descubrí que tenía la oportunidad de ofrecer mi dolor e imposibilidad de asistencia por todas las personas que allí se habían congregado en torno a Benedicto XVI. Seguí cada evento, cada posible experiencia religiosa y fraterna: la llegada del Papa, las catequesis, el Vía Crucis, los encuentros del Papa con distintos grupos, las Eucaristías… No me despegué de la TV e intenté vivir con la mayor intensidad posible todos los eventos, pidiendo continuamente y ofreciendo mi dolor físico y moral para que la JMJ fuese un éxito y sirviese al mundo entero, especialmente a los jóvenes, para fortalecer su fe. Después de unos días de contrariedad, me di cuenta que el Señor había previsto para mí algo muy distinto a lo que yo quería, así fue cómo desde mi situación, también viví con intensidad y emoción las Jornadas.
Los jóvenes asistentes fueron un ejemplo para el mundo entero, su actitud frente a las largas horas de espera y frente a la climatología me fortalecieron y emocionaron día tras día. Hoy ser joven y cristiano no es fácil. GRACIAS A TODOS.
¡Ánimo! “Adelante, Siempre Adelante” y firmes en la fe a pesar de las dificultades.


1 comentario:

xaviaurora@hotmail.com dijo...

Animo Ana! Soy Aurora. Realmente el Señor nos va marcando los caminos y muchas son las veces que nos dirige hacia donde no queríamos pero nuestra felicidad pasa por hacer Su Voluntad. Yo también estuve todo el año preparando con ilusión la JMJ ya que veniamos con un grupo de 95 peregrinos de Seychelles y Madagascar.....y justo el mismo día que aterrizaban en España, Martí amaneció lleno de varicela (con 15 años). Así que el Señor me puso otra misión en casa en vez de llegar hasta Madrid.
Espero que te llegue este mensaje de alguna manera. Un fuerte abrazo. CONCEPCIONISTAS está siempre en nuestros corazones. Unidas en Cristo. Aurora Alberdi.