El día 11 de octubre de 2012 ha sido la fecha escogida por el Papa Benedicto XVI para dar inicio al "AÑO DE LA FE", hasta el 24 de noviembre de 2013, que se dará por finalizado este año de gracia.
En estos días se han publicado muchos artículos sobre este tema, mencionando la mayoría la crisis de fe por la que atraviesa el mundo, la falta de coherencia en los compromisos cristianos, la piedad popular convertida en tradiciones fiesteras y en fe de apariencias, la fe del débil y enfermo que se agarra a Dios como último asidero y recupera sus creencias de antaño cuando ve que la vida se le escapa entre las manos...
En pleno estreno del Año de la Fe, me he cuestionado sobre todo esto que he leído, llegando al final a una única conclusión y propósito; pues el mundo se me queda grande, la fe de los otros me desborda, las devociones populares las respeto y no soy quien para juzgarlas, las creencias de una persona débil y enferma son para mí un misterio... Por eso, mi propósito es el de pedir cada día a Dios que AUMENTE MI FE, y la fe de mis hermanos, los cristianos... Sólo desde la petición humilde del que se sabe pobre y necesitado, podremos recuperar la fortaleza de nuestra fe, la esencia de la misma y el sentido de nuestras creencias. Sólo desde el amor, podremos transformar nuestra Fe en obras, porque, ya lo dice el evangelio: la fe sin obras está muerta. En palabras del apóstol Santiago: "Pruébame tu fe sin obras y yo te probaré por las obras mi fe".
Este es nuestro compromiso. COMUNÍCALO, ANÚNCIALO Y VÍVELO con tu vida... ES EL AÑO DE LA FE, EL AÑO PARA PEDIR Y DESEAR QUE AUMENTE NUESTRA FE.
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