martes, 15 de octubre de 2013

MEZCLA DE SABORES

El día del Pilar, el grupo de jóvenes concepcionistas universitarios, tuvimos nuestro primer encuentro en el colegio de San Lorenzo de El Escorial. Éramos 16 apasionados por iniciar un nuevo año como grupo de amigos, y a esta aventura se suman nuevos jóvenes como Gracia, María y Luis; porque caminar como grupo en la fe contagia y abre fronteras que nos hacen sentirnos jóvenes cristianos en la Iglesia. La riqueza de nuestro grupo es la fraternidad y unión entre los distintos colegios de los que procedemos: Madrid-Princesa y S.L. de El Escorial, pero con la puerta de la acogida siempre abierta.

Queremos compartir con todos vosotros lo que ayer vivíamos. Los de S. Lorenzo de El Escorial nos prepararon la merienda con bizcocho y galletas caseras, el reencuentro fue un estallido de alegría y la bienvenida de la comunidad y todo preparado nos hizo sentir como en casa. A lo largo del encuentro fuimos recorriendo juntos todos los momentos y experiencias compartidas el año pasado a través de fotos y que han sido Pilar y fuerza en nuestras jóvenes vidas; ¡fue emocionante volver a saborear los instantes que más nos marcaron a cada uno! Compartíamos a corazón descubierto, con la confianza de que entre nosotros nos vamos queriendo cada vez más tal y como somos, en el grupo podemos mostrarnos tal cual y sientes como todos los demás miman y escuchan como algo sagrado cada una de nuestras palabras. ¡Es especial! Nos dábamos cuenta como en sólo un año, Jesús se nos ha metido tan dentro de nuestras vidas que hemos necesitado volcar nuestro cielo de estrellas, nuestros sueños en pequeñas actividades solidarias cómo la visita a una guardería social, a un comedor social, a la residencia de la rozas, al campamento de Quillo en el que lo dimos todo como monitores… Al final, Nieves, había preparado un símbolo en el oratorio, unas pulseras con la medida de la Virgen del Pilar con un corazón en el medio, que nos recordará las palabras de Jesús: ¡amaos! Y al agarrar esa pulsera sentir la fuerza y el aliento de quien sabéis os ama con locura, Cristo. Durante unos minutos, en oración, nos dejamos querer por Jesús y al mirarnos entre los amigos del grupo, volvimos a sentir que Su fuerza está en nuestra unidad, y su sueño sigue siendo SER FAMILIA CONCEPCIONISTA y vivir el testimonio alegre de quienes somos, los jóvenes de quien S. Carmen Sallés sigue esperando y sueña… ¡embelleced el mundo con vuestras vidas!

                                                                                  Jóvenes Concepcionistas
 

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