PASIÓN POR JESÚS
La pasión es amar algo con intensidad, es estar cautivado por eso que nos atrae tanto. ¿Cuántas veces no le hemos dicho a alguien que le amamos con pasión? Pues es que la pasión es algo muy profundo que nace desde nuestro interior y nos lleva a tener ciertas actitudes, o incluso, cambios en nuestra vida.
Ahora bien, yo te pregunto si en tu vida existe pasión por Cristo, es decir, ¿tu amor por Jesús es tan profundo como para que exista un cambio o una transformación en tu vida? ¿Tu pasión por aquel que dio su vida por ti es tan grande que estás dispuesto o dispuesta a soportar cualquier cosa por él? Esto muchas veces es muy difícil porque son muchas las cosas que implican tener pasión por Jesús.
Jesús desde hace más de dos mil años entregó su vida por cada uno de
nosotros, siendo Dios se humilló a sí mismo por amor, por pasión; esta pasión
fue la que hizo que existiera un cambio en él, su pasión lo hizo hacerse
hombre, cuando él no tenía por qué hacerlo.
No cabe duda que la gran pasión de Jesús siempre fuimos nosotros, por amor a ti y a mí Él murió, por pasión Él nunca dejó de ser obediente; yo te pregunto: ¿Cuántas veces le hemos fallado a Jesús por hacer caso a nuestra carne?
Cuántas veces nos sorprendemos a nosotros mismos diciendo tener pasión por Cristo, sin embargo, no somos capaces ni siquiera de perdonar, no somos capaces de enfrentar las pruebas y adversidades que se nos presentan, y lejos de pelear las batallas, sólo reclamamos a Dios por lo que estamos pasando. Y esto, amigos, NO ES PASIÓN.
Cuando sentimos pasión por Dios, somos capaces de enfrentar cualquier cosa, no importa si son humillaciones, si son persecuciones, no importa nada, lo único que importa es ser obedientes como Jesús lo fue, y aun pagar con nuestra propia vida.
Hoy día puedo observar en la vida de algunas personas el amor y la pasión
por Jesús; la entrega, la perseverancia, el dolor y las cargas que acompañan
una vida de pasión por Dios; puedo ver la lucha constante de muchos años de
trabajo y esfuerzo, que ni día ni noche se detiene, y que esa misma pasión es
la que Dios está buscando que cada uno de nosotros tengamos.
¿Amas a Dios? ¿Es grande tu pasión por Él? ¿Estarías dispuesto o dispuesta
a hacer, o incluso, a perder por Jesús?
Este es un gran RETO… el de pedir en esta Cuaresma que nos APASIONEMOS POR
ÉL, a pesar de nuestras miserias y debilidades… A pesar de fallarle tantas
veces.¿Cómo es tu Pasión por Él?
No lo pienses… no lo digas… EMPIEZA A DEMOSTRÁRSELO.
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