miércoles, 5 de noviembre de 2014

EXPERIENCIA MISIONERA EN CONSUELO

Almudena Moreno es ya una misionera veterana en tierras Dominicanas. Cada verano prepara su corazón y sus maletas para reencontrarse con sus amigos y religiosas concepcionistas de Consuelo, dispuesta a dar su tiempo, su vida, su alegría... ¿Qué le darán allí? ¿Qué experiencia será la del voluntario que uno se va "enganchando" sin darse cuenta...? Vamos a escuchar su testimonio y a dejarnos también nosostros SORPRENDER por tanta vida entregada y recibida. ¡Gracias, Almudena, por compartir en nuestro blog!

NUNCA DEJO DE SORPRENDERME

Hace ya tres años que decidí participar en uno de los proyectos de verano ofrecidos por la ONGD SIEMPRE ADELANTE y desde entonces no he podido resistirme a volver cada año.
En Consuelo (República Dominicana), me encontré con un lugar lleno de contrastes. Solo podía asombrarme con cada paso daba, cada lugar que visitaba o cada persona que me cruzaba. Una realidad dura y a la vez preciosa. Mirar y aprender  donde la más absoluta pobreza está unida a la alegría de su gente y a su asombrosa facilidad de compartir sin límites; la falta de medios y recursos a las ganas de aprender de los niños, las situaciones familiares desesperanzadoras a una fe y confianza en Dios más fuerte que la que yo haya podido ver en otro lugar. 
El trabajo con los niños en la escuela es una de las actividades que más disfruto. Es algo más que enseñar lengua y matemáticas. En un mes no da tiempo a que aprendan todo lo que desearíamos pero sí para un continuo intercambio de cariño a través de juegos, interesantes conversaciones, sonrisas, miradas y abrazos. 
Siento que una parte importante de mi vida reside allí, y caminar por esas “calles”, reconociendo a niños, a familias sintiéndome familia con ellos me hace sentir como en casa. Pero este proyecto no es solo de quienes subimos al avión maleta en mano y llenos de ilusión… 
Muchas de las tareas llevadas a cabo por los voluntarios como son: el reparto de desayunos y meriendas a niños de la escuela y  barrios cercanos, comida para las familias más necesitadas, medicinas, uniformes o material escolar, son posibles gracias a las aportaciones de todos. Hablo de todos esos alumnos que colaboráis desde vuestros colegios, a las familias y conocidos que, comprometidos a largo plazo, tenéis niños de escuelas concepcionistas apadrinados, de las religiosas y profesores que trabajáis con tanta ilusión en cada puesto, mercadillo o campaña, y de las personas que, desde España, dedicáis parte de vuestro día a día a trabajar  en la ONGD durante todo el año. 
Los voluntarios tan solo somos los últimos rostros o eslabones de una larga cadena de solidaridad concepcionista. Nuestra labor depende directamente de todas estas pequeñas grandes ayudas. VOSOTROS también formáis parte de este proyecto, una parte imprescindible, por eso os doy las gracias y os animo a seguir colaborando. Sentíos  partícipes de cada pequeño logros que vamos, poco a poco, consiguiendo entre  todos.

 

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