viernes, 22 de mayo de 2015

ECOS DEL PENSAMIENTO DE STA. CARMEN SALLÉS Nº 6


Un nuevo pensamiento, una nueva reflexión para disfrutarla y dejar que "el corazón se llene para depués poder dar". M. Bárbara Ávila escribe para nosotros la reflexión del pensamiento de Santa Carmen de hoy.
M. Bárbara fue alumna del colegio de Madrid-Princesa, el mismo colegio en el que actualmente desempeña su misión concepcionista, como Delegada de Pastoral y tutora de 2º de Secundaria. A ella agradecemos sus palabras, su invitación a soñar, para poder realizar aquellos sueños que Dios va poniendo en nuestros corazones.


ECO Nº 6 DEL PENSAMIENTO DE CARMEN SALLÉS 
“El motor que más nos impulsa para llegar a Dios es el amor. Recordemos siempre que Dios es amor y por amor se nos comunica”.

REFLEXIÓN de M. Bárbara Ávila, rcm
El eco es un sonido, o una onda, que nos llega después de haber viajado,  lleva en su haber experiencias de encuentro, colores de otros corazones. Ha perdido su vivacidad primera, llevando la solera de la madurez. La certeza que da el seguir siendo eco después de atravesar espacios y rebotar en numerosos obstáculos. Así nos llegan los “Ecos del Pensamiento de Carmen Sallés”, como este que hoy recordamos. 
Sí, es el amor el que mueve nuestras vidas, no hay mayor energía, ni mayor motivación.  Que Dios nos conceda la dicha de experimentar su amor hasta la médula, porque éste es el que nos hace vibrar, el que nos hace vivir con ilusión. Con él somos capaces de emprender nuevas empresas.
Como diría Walt Disney “Si puedes soñarlo, puedes hacerlo”, para él todo empezó con un ratón que soñó y dibujó. Qué claro debe ser que Dios está en nuestros sueños, que desde ellos nos envía también mensajes existenciales. Soñemos con Dios y aprendamos a poner puntos suspensivos a esos momentos, para hacerlos infinitos… porque nada le resulta imposible a quien le mueve el amor de Dios.
“Y como cada día, a esta hora… lo mejor está por llegar” le dijo Peter Pan a Campanilla. Vivir así cada momento, alerta, a la espera de la novedad de Dios, de sus sorpresas, siendo conscientes de que es en el ahora cuando me busca, cuando me habla, cuando me ama. Porque el presente es lo único que existe con certeza.
Qué claro lo tenía Carmen Sallés, en su vida se reflejaba lo que su corazón soñaba, lo que su mente intuía. Era el amor experimentado y aprendido en Dios, su motor. Y era, su vida entera, un diálogo entrañable con él,  que inspiraba y daba forma a todo su hacer.

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