Un nuevo pensamiento, una nueva reflexión para disfrutarla y dejar que "el corazón se llene para depués poder dar". M. Bárbara Ávila escribe para nosotros la reflexión del pensamiento de Santa Carmen de hoy.
M. Bárbara fue alumna del colegio de Madrid-Princesa, el mismo colegio en el que actualmente desempeña su misión concepcionista, como Delegada de Pastoral y tutora de 2º de Secundaria. A ella agradecemos sus palabras, su invitación a soñar, para poder realizar aquellos sueños que Dios va poniendo en nuestros corazones.
ECO Nº 6 DEL
PENSAMIENTO DE CARMEN SALLÉS
“El motor que más nos impulsa para llegar a Dios
es el amor. Recordemos siempre que Dios es amor y por amor se nos comunica”.
REFLEXIÓN de
M. Bárbara Ávila, rcm
El
eco es un sonido, o una onda, que nos llega después de haber viajado, lleva en su haber experiencias de encuentro,
colores de otros corazones. Ha perdido su vivacidad primera, llevando la solera
de la madurez. La certeza que da el seguir siendo eco después de atravesar
espacios y rebotar en numerosos obstáculos. Así nos llegan los “Ecos del
Pensamiento de Carmen Sallés”, como este que hoy recordamos.
Sí,
es el amor el que mueve nuestras vidas, no hay mayor energía, ni mayor
motivación. Que Dios nos conceda la
dicha de experimentar su amor hasta la médula, porque éste es el que nos hace
vibrar, el que nos hace vivir con ilusión. Con él somos capaces de emprender
nuevas empresas.
Como
diría Walt Disney “Si puedes soñarlo,
puedes hacerlo”, para él todo empezó con un ratón que soñó y dibujó. Qué
claro debe ser que Dios está en nuestros sueños, que desde ellos nos envía
también mensajes existenciales. Soñemos con Dios y aprendamos a poner puntos
suspensivos a esos momentos, para hacerlos infinitos… porque nada le resulta
imposible a quien le mueve el amor de Dios.
“Y como cada
día, a esta hora… lo mejor está por llegar” le dijo Peter Pan a
Campanilla. Vivir así cada momento, alerta, a la espera de la novedad de Dios,
de sus sorpresas, siendo conscientes de que es en el ahora cuando me busca,
cuando me habla, cuando me ama. Porque el presente es lo único que existe con
certeza.
Qué
claro lo tenía Carmen Sallés, en su vida se reflejaba lo que su corazón soñaba,
lo que su mente intuía. Era el amor experimentado y aprendido en Dios, su
motor. Y era, su vida entera, un diálogo entrañable con él, que inspiraba y daba forma a todo su hacer.
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