domingo, 24 de septiembre de 2017

ECOS DEL PENSAMIENTO DE STA. CARMEN Nº 37

“Si nuestro amor a Dios es sincero, huiremos de todo aquello que, por insignificante que sea, pueda ofenderle”

REFLEXIÓN DE M. ROSA CHAO, rcm
Escuchar este pensamiento de M. Carmen puede parecer, a primera vista, un poco difícil. Pero, poco a poco, cuando lo he pasado por el corazón, ha ido entrando dentro de mí la certeza de que el amor y la verdad siempre van de la mano, porque un amor sin verdad no camina y una verdad sin amor…, sólo puede ser una piedra para tropezar. El amor y la verdad son bellos y el amor sincero es camino de belleza.
Amar a Dios y en verdad, es bello, sí, de ello he leído, que además nos da coraje y fuerza de decisión… y nos pone en acción, nos compromete.
Amar a Dios de verdad, nos lleva a orar, a dejarnos envolver por su mirada y descubrir que ¡Él nos ha amado primero!  ¡Y nos ama de verdad!
Amar a Dios en verdad, es bello y nos hace descubrir que es precioso mirar a los que nos aman, a los que tenemos cerca y,  ¿por qué no?, a aquellos que nos resulta más difícil amarlos;  porque ¡Dios también les ama! Y porque ¡somos hermanos! ¡Podemos amar sinceramente!

Así entiendo que las cosas pequeñas, los gestos pequeños, lo insignificante es grande y en lo pequeño puedo ofender a Dios que me ama y nos ama. Y este camino no lo quiere M. Carmen… Ella nos pide hacer el bien, seguir el camino de la belleza que es el amor y la verdad; en lo insignificante, porque lo pequeño, lo eligió Jesús para entrar en el Reino.

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