"En aquel tiempo, fue Jesús de Galilea al Jordán y se presentó a Juan para que lo bautizara. Pero Juan intentaba disuadirlo, diciéndole: -«Soy yo el que necesito que tú me bautices, ¿y tú acudes a mí?» Jesús le contestó: -«Déjalo ahora. Está bien que cumplamos así todo lo que Dios quiere. » Entonces Juan se lo permitió. Apenas se bautizó Jesús, salió del agua; se abrió el cielo y vio que el Espíritu de Dios bajaba como una paloma y se posaba sobre él. y vino una voz del cielo que decía: -«Éste es mi Hijo, el amado, mi predilecto.»"
Desde que Jesús nace hasta que Juan lo bautiza en el Jordán, su vida transcurre en Nazaret. Jesús era como cualquier niño y joven de su pueblo y allí, en Nazaret, no hubo palabras, ni signos… Allí hubo silencio, trabajo, oración y familia…, porque en estas cosas cotidianas de nuestra vida, anda Dios. Pero a Jesús le llega el momento de ir dando respuesta a todas las inquietudes y llamadas que tenía en su interior. Tenía una misión en el mundo y por eso quiere bautizarse, para “que se cumpla todo lo que Dios quiere”. Todos tenemos “nuestra hora”, nuestro momento..., ese día en el que decidimos dar respuesta a lo que Dios nos pide y algo por dentro nos dice que nuestra vida merece la pena haciendo algo por los demás y entregando amor en este mundo en desamor. Hoy es un día especial para renovar tu Bautismo, tus compromisos como cristian@. Esta semana puedes buscar un rato de oración, un espacio en soledad con Dios, renueva tu fe y escribe tu “credo personal”. Repite en silencio y con paz: Creo en Dios, creo en Jesús, creo en la Iglesia, creo en el Espíritu Santo…Y termina con una petición: “Señor, aumenta mi fe”.
Que tengas un buen comienzo de clases, un buen comienzo de vida laboral (si es que ya trabajas) y Dios te dé la gracia y la fuerza para ser testigo de su Evangelio, por tu condición de bautizado, de cristiano.
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