miércoles, 19 de octubre de 2016

CUANDO LOS SUEÑOS SE HACEN REALIDAD

Compartir nuestros sueños es algo maravilloso, que nos une y nos hace compartir lo que soñamos participando de las ilusiones ajenas como si fueran también nuestras. Cuando esos sueños se hacen realidad, el gozo es mucho mayor y esa realidad compartida se convierte en invitación para animarnos a seguir luchando por los sueños propios para verlos un día también hechos realidad.
M. María Sáiz, acompañó este verano  a un grupo de voluntarios de la ONG "SIEMPRE ADELANTE" a realizar el proyecto misionero en Consuelo (R. Dominicana). Le agradecemos su artículo y su trabajo en este proyecto solidario.

SOÑAR ES GRATIS, indica mirar hacia adelante, con la mirada atenta, con paso firme y decidido, movida por la pasión de una vocación, con rumbo a veces incierto porque implica dejarse llevar por el Espíritu… También el Papa nos invita a soñar.
Después de 14 años he tenido la oportunidad de volver a tierras dominicanas, donde tengo un pedacito de mi corazón, porque allí viví durante un año de mi vida.
Esta vez el tiempo parecía muy corto, tan solo un mes, pero el tiempo es de Dios, que no mide como nosotros y Él me ha hecho disfrutar, amar, agradecer…cada día sin límites.
Me han pedido que cuente la experiencia de este verano en el PROYECTO MISIONERO CONCEPCIONISTA que lleva a cabo la ONG SIEMPRE ADELANTE a través del voluntariado. Las palabras se quedan cortas para expresar todo lo vivido y compartido, la riqueza del encuentro y de la entrega, el sentir de una mirada y el calor de un abrazo, la escucha atenta y la sonrisa de Dios, la pobreza vivida en fe y la capacidad de amar y de dar hasta lo poco que se tiene, los gestos de humanidad, la acogida, la humildad… es imposible no ver a Dios en medio de esa realidad, porque Él también nació pobre, sencillo, humilde, necesitado, acogedor, feliz… y ahí le he visto, en sus favoritos.
Así lo he visto y así lo hemos vivido los 9 voluntarios que fuimos enviados a esta misión en Consuelo, República Dominicana. Siete españoles y dos mexicanas, todos concepcionistas. Nos hemos sentido familia y así vivimos esos días, desarrollando nuestra misión educativa-evangelizadora con niños por la mañana, por la tarde y “terminada la jornada establecida” con los niños de la calle… que de cualquier parte y enterados de nuestra presencia allí, venían a jugar, a contarnos sus cosas, a curarse, a sentirse mirados, mimados, queridos, escuchados, a recibir alguna galleta y un poco de leche, un jugo o algún caramelo u otra cosa que se ofreciera…
Hemos “descubierto a Cristo en el corazón de los niños”, como bien nos decía Madre Carmen Sallés. Hemos seguido su pedagogía “amad a los niños y sabréis educarlos”  y  QUÉ FELIZ NUESTRA MISIÓN,  hemos entregado nuestra vida a “esos pedacitos de cielo” que todo lo merecen por ser los “anawin” de Dios.

 Me gustaría destacar que hemos vivido la SOLIDARIDAD COMO ENCUENTRO, encuentro con Dios, con los demás y con nosotros mismos.  Los voluntarios iniciábamos la mañana con la oración en la capilla y en este encuentro acogíamos la fortaleza, apoyo, entrega, cruz, paciencia, amor, unión, Vida que recibíamos de Jesús y de María… para después entregar nuestra vida. 
Los días han sido continuos encuentros con los niños, los jóvenes, la gente del pueblo, el ambiente, la cultura,  las familias, muchas de niños apadrinados. Con ellos compartimos realidades diferentes a las nuestras, muy diferentes, pero con la certeza de que COMPARTIR, no sólo dar, ES LA GRAN RIQUEZA. Hemos recibido mucho de las personas, nos han dado lo más valioso de sus vidas, su tiempo, su sonrisa, su acogida, su cariño, su sufrimiento, sus inquietudes,  su plena confianza en Dios… hemos aprendido mucho de su vivencia de fe, de su humanidad, esa a que veces en esta sociedad vamos perdiendo…
Hemos constatado sus necesidades materiales y a la vez lo que nos dice Jesús en el Evangelio, ES POSIBLE VIVIR Y SER FELIZ CON MUY POCO.  Pero en muchos momentos tanta carencia nos ha impactado, nos ha hecho sufrir, compadecernos y hemos salido al encuentro con las ayudas que generosamente habíamos recibido para llevar y gastar allí en ellos.  El material escolar que llevamos desde Pozoblanco ha sido un gran regalo para todos ellos y nos ha facilitado la misión, ya que muchos no tienen nada. También las medicinas y los donativos han llegado directamente a las casas, veréis en la foto que repartimos cajas con comida y no podéis imaginar el agradecimiento de la gente, lágrimas, abrazos, expresiones como “Dios ha entrado en mi casa”, “ha escuchado mi plegaria”, “no teníamos nada para comer hoy”…
Es difícil “resumir” esta experiencia en unas pocas líneas, como decía al principio, pero sí es fácil plasmarlo en una palabra GRACIAS. Pasado un mes en mi corazón sólo brota el agradecimiento de cuánto viví, veo rostros, imágenes que se me han quedado grabadas, miradas, sufrimiento, dolor, alegría, humildad… todo envuelto, como en un regalo, por el AMOR. El AMOR DE DIOS que se hace presente en cada persona y realidad, porque ÉL VIVE EN TI, en mi y en todos nuestros hermanos, especialmente en los más necesitados.
GRACIAS a todas las personas que habéis colaborado económicamente o con el material escolar, todo ha llegado, se ha repartido y se ha gastado conforme a las necesidades. “Bienaventurados los que saben dar sin recordarlo y recibir sin olvidarlo”
GRACIAS también a mis hermanas concepcionistas por su acogida y servicio en nuestra casa de Consuelo, República Dominicana, porque ellas siguen haciendo posible que el Proyecto Misionero se pueda llevar a cabo.
Decía M. Carmen que “la gran riqueza es conformarnos con poco”, que “siempre hemos de estar alegres tanto en la escasez como en la abundancia”, que vivamos agradecidos a tantos favores como recibimos de Dios cada día, porque esto nos llevará al amor y el amor a Cristo y a los demás es lo que me ha impulsado a mí a llegar hasta República Dominicana y ENTREGAR MI VIDA, ALLÍ, AQUÍ Y DONDE DIOS QUIERA COMO RELIGIOSA CONCEPCIONISTA MISIONERA.

M. Maria Saiz, rcm

Voluntarios entregando comida a algunas de las familias del barrio

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