Compartimos con vosotros las palabras de una exalumna, que desde la sencillez de su corazón, quiere agradecer el testimonio de M. Remedios en su vida... Sirva de memoria y recuerdo a esta buena religiosa, que supo ser fiel a Dios y amarle hasta el final de su vida.
Descansa en paz, M. Remedios.
Cuando crucé por primera vez la puerta de las
Concepcionistas, con tres años, no hablaba prácticamente nada, todo me daba
miedo en el colegio, incluso llamaron a mis padres para preguntar si tenía
algún problema, aunque yo, en casa, no callaba ni debajo del agua. Cuando
cumplí los cuatro eso empezó a cambiar y me gusta pensar que mi profe, Sor
Remedios, tuvo algo que ver. "Imagino" que me espabilaría de alguna
manera o yo, desde mi pequeñez, encontré en ella algo que me inspiraba
confianza...
Lo que no imagino, porque son recuerdos reales, es que
me eligió para ser hebrea, todo un honor que me hizo sentir muy especial.
Recuerdo también los ratos de ensayos con las manos juntas y de estar en la
tercera misa tan cansada que en las escaleras del altar me pregunté por qué estaba
yo allí, en la capilla…, probablemente mi primer momento de oración con Dios.
Puedo decir que Sor Remedios fue una de las personas que me enseñó a rezar.Una vez mi compañera me dio un chicle, y cuando me cansé lo pegué en la ficha de trabajo, me pareció un lugar estupendo para esconderlo, pero mi profe, Sor Remedios, era muy lista y me llevé una buena regañina. Era tan lista que sabía cuál era el momento exacto de arrancar un diente, cuándo llegaban las rutas o cuántos centímetros tenía que medir la falda del uniforme. En otra ocasión, descubrió que por no tragarme la comida, que no me gustaba, la aguantaba en los carrillos hasta que llegaba a casa, y es que mi profe, Remedios, era muy lista y yo la recordaré siempre con mucho cariño.
¡Gracias y hasta siempre profe!
Almudena, alumna de Sor Remedios
1 comentario:
Cuánto lamento no haberme enterado y haber podido asistir a su funeral. De cualquier forma GRACIAS SOR REMEDIOS.
Publicar un comentario