“Sólo cuando alcancemos la meta comprenderemos que ha sido la fuerza de
Dios la que ha impedido que «nuestra nave» fuera desvalijada, teniendo la
posibilidad de permanecer incólumes hasta llegar al buen puerto. ¡Cuánto
tenemos que agradecer!”
REFLEXIÓN DE M. MERCEDES ROMERO, rcm
“Y
mientras realizamos la travesía…solo cuando alcanzamos la meta…” sí, solo cuando alcanzamos la cumbre, solo
cuando llegamos a puerto el alma descansa y se hace consciente de los vivido en
el trayecto.
“Comprenderemos que ha sido la fuerza de Dios”: comprenderemos que allí estaba Dios, en la
encrucijada del camino, en medio de las amenazantes olas, en el tedio y la
rutina del paso a paso, en los interminables días, amainado el viento…
“Ha sido la fuerza de Dios la que nos ha
permitido permaneces incólumes”. Ha sido la fuerza de Dios y por tanto, construiremos un altar confirmando
que Dios provee.
“¡Cuánto tenemos que agradecer!” ¿Mucho? ¿Poco? No va por ahí Santa Carmen
Sallés. Ella nos habla de actitud de vida. Vivir agradecidos.
El gran místico alemán, dijo una vez: “Si la única oración que dices
en toda tu vida es ‘gracias’, esta será suficiente”.
Quizás pensaste que la gratitud solamente es posible en tiempos de
buena fortuna. Pero al contrario, la gratitud puede ser un modo de vida.
El agradecimiento comienza en nosotros, mas no tiene que quedarse
allí. La plenitud de la gratitud llega cuando la vivimos y la expresamos en
nuestras actividades diarias y en nuestras relaciones. Mientras más apreciación
demostremos por el bien en nuestras vidas, y mientras más simple y genuinamente
les digamos a otros y a nosotros mismos “Gracias”, más gratitud y paz tendremos
en nuestro interior.
Cada vez que nos encontremos con una dificultad o frustración, podemos
preguntarnos: “¿Por qué me puedo sentir agradecido?” “¿Qué tengo ya que puedo
apreciar?” “¿Cuándo y cómo demuestro mi gratitud hacia otros y hacia mí mismo?”
Podemos hacer grandes cosas cuando cultivamos la gratitud en nuestros
corazones.
Frecuentemente consideramos la gratitud como el resultado de algo. Si
alguien hace algo bueno por nosotros, sentimos gratitud. Eso es gratitud
pasiva. Yo abogo por la gratitud activa. La gratitud consciente. La gratitud
activa es un modo de vivir, un modo de ser.
Un modo de fomentar el poder de la gratitud es mantener un diario de
gratitud. Antes de irte a dormir cada noche, anota 10 cosas por las cuales
estás agradecido. Ellas pueden ser tan sencillas como “Me desperté”. Damos por
sentado muchas cosas hoy día. Este
ejercicio nos ayuda a recordar cuán verdaderamente hermoso es el mundo y cómo
Dios obra en nuestras vidas cada día. “¡Cuánto
tenemos que agradecer!”
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