miércoles, 2 de mayo de 2012

MES DE MAYO, MES DE MARÍA

Cuando llega el mes de mayo, muchos de nosotros tenemos ya en nuestra mente y en nuestro corazón una imagen: la de la Virgen María. La Virgen de nuestro pueblo, la que adorna el cabecero de nuestra cama, la Virgen que preside el salón de nuestra casa, la Virgen que llevo colgada a mi cuello, la Virgen de mi colegio, la de la ermita del pueblo de los abuelos... El mes de mayo nos trae bonitos recuerdos y, a la vez, despierta en nosotros la querida tradición de dedicarle un tiempo especial de oración, unas "flores" a nuestra Madre del Cielo. Es entrañable la relación con María, porque Ella, como Madre, vela por nosotros los 365 días del año y por eso, queremos que estos 31 días de mayo, sean especialmente para Ella.
Busco aquel rosario que me regalaron y lo dejo en mi mesita de noche, quizá lo meta en mi bolso o en el bolsillo del pantalón. En el metro, en el autobús, caminando por la calle..., puede ser buen momento para encomendarle aquellas intenciones de mis familiares y amigos. Quizá me acerque hoy a la Parroquia y charle un rato con Ella, descansando junto a su regazo después del ajetreado día...
"La Virgen es tu Madre, quiérela mucho", decía M. Carmen. ¡Y cómo no la voy a querer! Si es tan importante su presencia en mi vida, si ha sido tanto el cariño y la ayuda ofrecida... Si siempre ha estado y está ahí, aunque a veces me he olvidado... La Virgen es mi Madre, y por eso la quiero y este mes de mayo se viste de color y se llena mi corazón de alegría e ilusión, sin saber cómo... o sabiéndolo, después de encontrarme con su mirada.
¡Gracias, María! Theotokos: la que dio a luz a Dios. La Madre de Dios.

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